La salud natural es tomar sol como terapia. Hacer senderismo y escalar cerros aspirando aire puro. Caminar descalzo en la tierra descargando electrones del cuerpo para aliviar el estrés.
Abrazar a los árboles para elevar La frecuencia energética. Sentir el rocío fresco al amanecer y escuchar el sonido del canto de los pájaros al despertar el alba. Nada tan tranquilizador como el viento que susurra entre las hojas y oler el aroma de los bosques ancestrales. La filosofía holística es integrar el universo como polvo de estrellas en eterno viaje hacia el infinito.
Somos parte del cosmos y debemos vivir en perfecta armonía con las demás criaturas que Dios ha creado con toda belleza y esplendor. No ser depredadores al terminar con la flora y la fauna.
Envenenando los lagos y mares. Y acabando con las plantas medicinales que desde la antigüedad curan todos los males. Por pura codicia se matan especies y se comercializan sin control alguno.
Por no respetar la naturaleza sobrevienen pandemias y desastres naturales. Los mosquitos emigran en las ciudades porque los bosques han sido desbastados. No paran las sequías largas ni las lluvias torrenciales. Sufrimos terremotos y tsunamis. Huracanes y volcanes a causas del ecosistema violentado.
Con la cuarentena por el covid 19 el planeta descansó un poco de tanta agresión por parte del ser humano. Se limpiaron los océanos y la fauna marina resplandeció en semanas. Señal de que si paramos un rato las cosas mejoran. Tuvo que venir una pandemia para asustarnos y tomar conciencia sobre la importancia de cuidar la casa de todos que es el planeta. Cuando destruimos el ecosistema nos destruimos todos. Por eso el compromiso es a nivel individual y social. Plantar árboles y limpiar los patios. Clasificar las basuras y realizar reciclajes. Cuidar las riquezas naturales y no tocar las especies en extinción. Todos podemos colaborar en ese sentido.
Ojalá no llegue ni el apagón ni la hambruna como anuncian todo el tiempo quizás para que hagamos algo en forma urgente y no estemos cruzados de brazos sin mover un dedo. Como que somos los más iluminados de la creación tenemos que actuar de forma responsable para no sufrir consecuencias catastróficas. Ya estamos viendo los horrores de las enfermedades producidas por los cambios climáticos y la violencia contra la madre tierra.
Que el gobierno tome en serio esta cuestión y no simplemente para completar su agenda. Que se realicen muchas charlas y conferencias por todas partes. Que se premien a niños y jóvenes que trabajan a favor del ambiente. Que las escuelas y plazas se llenen de flores. Que podamos respirar oxígeno y nos alimentemos con productos sin venenos ni químicos dañinos a la salud. Las intendencias y las gobernaciones deben invertir en este asunto relevante. De igual modo el sector privado. Si postergamos el trabajo podemos pasar peores situaciones. Y cuando termine toda la naturaleza de nada servirá tanto dinero acumulado.