País tropical e hijos templados

En San Pedro la educación es una debacle, producto de la corrupción lacerante de la clase política, pero la sana rebeldía sampedrana siempre está presente. Un puñado de ciudadanos con coraje había logrado que el intendente renuncie al cargo, el rol cívico se cumplió, pero los representantes de la Diosa Astrea quedan en deuda.

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En la semana que pasó, los alumnos de colegio del “fondo” se levantaron y encendieron una luz de esperanza. No estudian en un colegio top, pero, sobre todo Luana, cantó las 40.

La corrupción política produce el hartazgo estudiantil y la comunidad educativa del Colegio Nacional Andrés Barbero tomó la institución. Llevaron más de una semana de movilización, se encadenaron, cerraron ruta, para exigir aulas, refacción, provisión de muebles, sanitarios y rubros para docentes. En la institución, la municipalidad abandonó una obra para aula, pero figura en la rendición de cuentas como culminada, incluso se pagó todo. Para colmo, fue aprobado por ediles en su mayoría.

Es una de las tantas obras de corrupción, que un puñado de pobladores de la contraloría ciudadana, junto con un grupo de concejales, habían documentado y denunciado al intendente Gustavo Rodríguez (ANR-HC). Se logró la intervención, pero el jefe comunal, ante su inminente destitución, renunció al cargo. La ciudadanía cumplió con el rol cívico y demostró esa rebeldía ante la injusticia, pero los dignos representantes de la Diosa Astrea otorgaron sobreseimiento al procesado, dejando sumidos en impotencia y rabia a los ciudadanos de bien.

Pero los estudiantes y padres del colegio Andrés Barbero, cansados de esperar, se vieron obligados a levantar la voz y Luana González, alumna de 16 años, expresó la rabia e impotencia juvenil. Lo dejó plasmado en su obra poética. Con altura se dirige a sus pares con su obra: “Yo no entiendo a los míos, Yo no entiendo a mis hermanos, el país tropical y sus hijos templados”, expresa con sarcasmo y lamentando la apatía ante la corrupta clase política.

Con una tremenda medida de fuerza, con coraje y heridos en la dignidad, tomaron el colegio, lograron la promesa de mejoras, pero advierten que, si en 15 días no inician los trabajos, volverán a la medida de fuerza.

Luana contagió y arropó de coraje a sus pares y caló hondo en el país sus claras expresiones de rabia y exigiendo un país mejor, y cierro con esta parte del escrito de Luana, “Ay, mis entelequias de rosado, cosas mías y de errados, humildemente, los raros”.

omar.acosta@abc.com.py

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