Orejukapáta mondaha

No pude encontrar palabras más contundentes que esta frase en guaraní para referirme a la terrorífica situación de inseguridad que venimos padeciendo en el Alto Paraná. El 2023 fue un año caracterizado por la inseguridad para los pobladores de esta zona del país y en lo que va de este año la situación es igual o peor. Los robos y asaltos no dan tregua desde hace mucho tiempo.

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Las familias sorprendidas en sus camas, trabajadores interceptados en la calle y comerciantes acorralados en sus locales. Es decir, decenas de personas viven momentos de terror todos los días en manos de los delincuentes.

Solo hace unos días una pareja fue sorprendida en su propia cama, fue golpeada y despojada de una millonaria suma de dinero. Esta vez, el asalto fue captado por una cámara de circuito cerrado y las imágenes son de terror.

Sin lugar a dudas, en la lucha contra la delincuencia están perdiendo lejos la Policía Nacional y, por ende, la ciudadanía en general. Los cambios de jefe y otras tibias medidas no hicieron ni la mínima diferencia.

Además de la gran necesidad de mejorar de manera urgente la lucha frontal contra la delincuencia, también es imperiosa la necesidad de una política criminal que apunte a evitar que los jóvenes sigan cayendo en la delincuencia.

Mientras persistan las alevosas acciones de los políticos, quienes se reparten cargos con jugosos sueldos, la gran mayoría de los jóvenes de nuestro país no tienen acceso al empleo y al estudio.

Si bien esto no justifica optar por el camino de la delincuencia, crean desesperanza y desánimo en las generaciones más noveles de nuestro país.

La delincuencia se está apoderando de toda la sociedad, afecta la calidad de vida no solo de los habitantes del Alto Paraná, sino de todo el territorio nacional, por lo que se deben tomar medidas drásticas si queremos evitar que la situación siga empeorando.

La comunidad también necesita hacerse sentir y prestar toda su colaboración a la implementación de estrategias efectivas para contrarrestar la creciente ola delictiva, pues una sociedad donde la delincuencia marca la agenda diaria simplemente no tiene posibilidad de lograr un desarrollo sostenido y sostenible.

Se deben crear condiciones adecuadas para que las nuevas generaciones se interesen por el deporte, por el arte, la tecnología y otras disciplinas capaces de mantenerlos lejos de la droga y otros vicios que son la puerta de entrada al oscuro submundo de la delincuencia.

tereza.fretes@abc.com.py

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