Leonor y la lección de empatía

Para la mayoría de los chicos españoles cumplir dieciocho años significa una mayor libertad y también más responsabilidades como ciudadanos. Para una joven en particular, Leonor de Borbón y Ortiz, esto se multiplica porque se trata de la futura reina de España.

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Leonor, hoy princesa de Asturias, acaba de cumplir la mayoría de edad y no ha hecho más que comenzar una trayectoria que debe culminar cuando suceda a su padre, el rey Felipe VI, en un futuro que todavía se vislumbra lejano.

En el día de su dieciocho cumpleaños Leonor juró en el Congreso de los Diputados acatar la Constitución. Llegado el momento, representará una monarquía parlamentaria como lo son otros diez países europeos bajo democracias modernas en las que el rey o la reina cumple funciones que son refrendadas por el gobierno electo. Como su padre, no tendrá poder político, pero será símbolo de la unidad y permanencia del Estado, moderará el funcionamiento de las instituciones y representará al Estado español en las relaciones internacionales. De ella se espera un desempeño público y privado ejemplar.

La futura reina tiene como ejemplos a sus padres, Felipe y Doña Letizia, que en todo momento se han distanciado de las sombras que empañaron el reinado de Juan Carlos I y que lo llevaron a su abdicación. No bastaba con haber sido, que lo fue, una figura transcendental en la Transición a la democracia en España. A su licenciosa vida extramarital se sumaron presuntos delitos fiscales y de malversación que acabaron por socavar su regencia. Fue, sin duda, un legado envenenado para su hijo y la familia que ha constituido.

Por mucho que suene a tópico, Leonor ha sido formada y educada para ser una mujer de su tiempo: ha estudiado en colegios laicos y mixtos; ha aprendido diversos idiomas y las lenguas autonómicas de España; en el seno de su hogar, donde tanto ella como su hermana, la Infanta Sofía, han crecido junto a sus progenitores y no bajo la supervisión de institutrices o en internados, han abundado los libros, el gusto por el cine, el acercamiento a la actualidad.

Al igual que lo hizo su padre, la heredera de la Corona ha comenzado a adquirir conocimientos del Ejército y posteriormente cursará una carrera universitaria. Es fundamental que tenga un amplio sentido del Estado y de los acontecimientos internacionales en un mundo en el que impera la globalización.

Por supuesto, no toda la sociedad española respalda el modelo de una monarquía parlamentaria. Hay sectores que defienden el sistema de república, pero, hoy por hoy, un buen número de votantes ve en las figuras de Felipe VI y de su hija Leonor la garantía de la continuidad de la unidad de España, que no es poca cosa frente al pulso de los nacionalistas.

Según una encuesta reciente realizada por NC Report para el diario La Razón, el 70,4% de los españoles considera que Leonor reúne las cualidades necesarias para asumir las funciones de la Corona en un futuro. Y si así lo ven es porque, a pesar del desgaste que la institución ha sufrido por los tropiezos del rey emérito y otros miembros del entorno, la renovada Casa Real proyecta una imagen que pretende conectar con las aspiraciones de la sociedad española: equidad, prosperidad y avances sociales que pasan por invertir fuertemente en una educación accesible a todos.

Si alguien ha tenido una educación selecta y rigurosa han sido la princesa Leonor y la infanta Sofía. Es verdad que no todos los jóvenes españoles van a colegios de pago, reciben clases particulares de idiomas y pueden permitirse cursos extraescolares o exclusivos campamentos de verano. Pero desde una institución monárquica moderna y en sintonía con las necesidades de la juventud actual, la futura reina contará con las herramientas necesarias para desempeñar funciones que reviertan en el bien de una generación —la suya, que es la Gen Z— que ansía tener mejores horizontes laborales y una digna situación económica y social en el marco de una sociedad abierta y plural. Por lo pronto, en su primer discurso al alcanzar la mayoría de edad Leonor ha hecho una sencilla petición: “Les pido que confíen en mí”.

Uno de los eventos que la actual familia Real cuida con más esmero es la entrega anual de premios que hace la Fundación Princesa de Asturias en Oviedo y que hoy en día tiene a la futura reina como presidenta de Honor. Cada año se premian a figuras valiosas en las Humanidades, las Ciencias, y las Artes. De lo que se trata es de galardonar, y por tanto fomentar, esfuerzos individuales o conjuntos que contribuyen al bien de la humanidad. Entre los premiados este año destacó Meryl Streep en la categoría de las Artes.

En su discurso de aceptación la célebre actriz estadounidense recalcó la importancia de la empatía. Lo hizo para señalar que el buen actor es aquel capaz de meterse en la piel de otros, por distintas que sean sus vidas: “El don de la empatía es algo que todos compartimos” y añadió que en otros ámbitos este don también puede ser “la forma más radical de acercamiento y diplomacia”.

Pienso en la Princesa Leonor y todo lo que le queda por recorrer en sus años formativos. De todas las enseñanzas que recibirá en el camino, ojalá siempre tenga presentes las sabias palabras de su admirada Meryl Streep. [©FIRMAS PRESS]

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