Política y venta de títulos

La discusión que se generó sobre si Hernán Rivas tiene un título verdadero de abogado o lo compró de alguna Universidad privada es un tema de nunca acabar. El punto se presta para analizar ya que se trata nada más y nada menos que miembro del JEM (Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados), el organismo encargado de juzgar a jueces. No es la primera vez que se presenta un caso de este tenor, pero esta vuelta la cosa sigue y sigue, tal vez hasta que Rivas demuestre fehacientemente que cursó esos años en una facultad y que tiene un diploma legítimo. Deben existir formas de investigar y comprobar.

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No tenemos que olvidar que años atrás, se denunció que hasta en la Universidad Católica se vendían notas, una casa de altos estudios muy prestigiosa. Que no ha de suceder en Universidades garajes que abundan como hongos. Desde que aparecieron estos centros académicos por todas partes, sucede cualquier cosa. Hay algunos que sin dudas, son muy serios y confiables. Otros, tienen malas reputaciones. El CONE Y LA ANEAES habilitan las carreras, pero luego los vericuetos de adentro, no se pueden controlar completamente.

La educación se ha mercantilizado mucho por culpa de algunas universidades que venden títulos. Aparte de que la formación es mediocre. No se puede pedir tanto ya que a los profesores se les paga más poco que a un barrendero de la Municipalidad. Tenemos que comenzar por ahí. Los alumnos van corriendo de su trabajo y apenas se conforman con pequeños resúmenes. Esperar calidad y excelencia en todas las carreras, es una utopía, una fantasía, una quimera. Si soñamos que nuestras facultades van a ser los grandes centros de investigaciones de donde van a surgir Premios Nobeles, estamos delirando. No somos Israel ni Estados Unidos. Ni Suecia, ni Noruega ni Finlandia. Somos Paraguay, donde hay corrupción, ignorancia, impunidad y negociado por donde mires y pises.

Desde el pre escolar somos mediocres. Y así vamos hasta ingresar a la Universidad. Desde luego que conocemos escuelas y colegios privados con educación brillante. Pasa que no todos tienen la capacidad económica para abonar las cuotas en esos centros y la educación pública es paupérrima. Solo Haití nos supera. El gobierno no invierte en este rubro del cual depende todo el desarrollo y el crecimiento de una nación. No le interesa ni le importa. Cuánto más ignorantes mejor para manipularnos y someternos.

Lindo sería que nuestros intelectuales se destaquen en el mundo entero dando discursos brillantes y escribiendo muchos libros en todos los idiomas. Lindo sería que nuestros cancilleres dejen con la boca abierta a sus pares, defendiendo nuestros derechos y soberanía. Como en caso de Itaipu o Yasyreta y no sean enclenques aceptando todas las condiciones que imponen los otros y nosotros agachando la cabeza. Lindo sería que los políticos discutan los temas nacionales con conocimientos y sabidurías supremas que asombren a propios y a extraños. Lindo sería que tengamos los científicos más renombrados y neurocientificos famosos. Algún Nobel en química, física, medicina, economía o literatura. Pero es soñar demasiado.

Mientras tengamos un Hernán Rivas, acusado de comprar título o un Carlos Portillo o tantas celebridades más, no podemos aspirar salir del atraso. Los jóvenes con buenas notas ni siquiera pueden entrar a trabajar por no ponerse el pañuelo rojo o bailar la polca colorada. No son hurreros y por eso no les dan trabajo. Estamos en los últimos lugares en educación por culpa de la forma mediocre de hacer política de las autoridades.

blila.gayoso@hotmail.com

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