Escudriñar no solo por el lado de uno

Con la bronca que genera ver a la selección paraguaya como está: sin rumbo, y un sombrío panorama de querer tirar todo, pero no nuestra ilusión, sino a los responsables del mal momento. Nada más parecido al infierno que viven los asegurados del IPS: sin remedio y deambulando.

audima

Cuando todo se ve mal y que no se quiera cambiar es el momento de escudriñar en lo más profundo del recoveco y no solo apuntar a uno. De hecho, el técnico es el responsable y mucho más si carece de capacidad para corregir los errores que son repetitivos y no tener la valentía de dar la cara en situaciones que así lo ameritan. Deberíamos mirar con detenimiento qué se hizo antes, qué se viene haciendo y lo que se perfila, inclusive con poco tiempo a acomodarse sobre la muralla.

Son muchos los actores de esta pésima película que la venimos soportando hace bastante tiempo. Se pretende cambiar de guion, pero muy pronto se deduce cuál será el final, que como los anteriores solo representaron desilusiones enormes y seguimos cargando con la tristeza que ya no deberíamos sufrir, por lo menos en el fútbol.

Se cambia de gobierno, igual seguimos hundidos en un pozo cargado de mierda, de inseguridad, y donde solo unos pocos “están bien”. Pasa lo mismo en la matriz del fútbol paraguayo, que no solo tiene en su plana mayor dirigencial a potentados empresarios de distintos rubros, sino también contaminados por hombres de la política, que en estos tiempos deberían estar lo más lejos posible y dejar intentar sanear la pelota.

Qué puede aportar un impresentable Óscar Barreto al Consejo Ejecutivo de la APF; tal vez su mérito mayor es ser muy afín a un investigado Erico Galeano, vinculado al fútbol, primero, como generoso dirigente, y después, de otras virtudes de público conocimiento, hasta llegar al poder. Y no es solo este un activo de la política paraguaya infiltrado en la dirigencia futbolera; nombres sobran y cada quien sabe a quién nos referimos. Pasó casi una década con el mismo que da las órdenes, pero no se mejora nada, más allá de infraestructuras, pero de resultados solo se han acumulado fracasos tras fracasos. Así nos va...

No se tiene “remedio”, menos libertad a escrudiñar el mal en la entidad mayor del seguro social del país. Tal cual sucede en el entorno del fútbol, pero seguimos ilusionados en que algo puede cambiar, pero ese privilegio no depende de nosotros, sino de unos pocos que se pasan la mano y tal vez hasta la franela, de modo a limpiar el sillón y la mesa, para que todo siga igual. El fútbol debe ser una diversión, pero hace tiempo que dejó de serlo; por el contrario, vamos acumulando decepciones sin poder hacer nada bajo el sol. Nada nuevo vamos a descubrir con estas líneas de cuestionamientos, pero el tiempo se encargará de poner las cosas en su lugar, nada es eterno. Los hombres pasan y las instituciones quedan, pero ojalá que no sea tarde y que solo queden ruinas.

El progreso financiero es enorme, pero la felicidad de resultados buenos y la alegría se perdieron como arena en el raudal... Es momento de escudriñar no solo en el entorno de uno, sino ver en realidad dónde está el tumor que no nos deja volver a vivir de pleno las jornadas de fútbol...

No solo escudriñar la responsabilidad del técnico cuestionado y que esconde la cara. Pues no solo Guillermo Barros Schelotto es el culpable, sino que el “culpable es usted” y debe tener el coraje de asumirlo y comenzar a limpiar primero la casa y luego dar los pasos que realmente nos conviene en esta sinuosa ruta que apenas comenzamos a transitar. Al que le quepa el sayo que se lo ponga, pero que nos permitan volver a tener alegrías...

@micacere

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