Política y delincuencia juvenil

Uno de los temas actuales que más preocupa es la delincuencia juvenil estrechamente ligada al consumo de estupefacientes. Este asunto lo debe abordar urgente el nuevo gobierno buscando una respuesta para la sociedad. Lo debe tomar bajo sus distintas aristas, sobre todo en el plano legal y de la salud. Tratándose de un problema social en aumento, los distintos estamentos gubernamentales deben encontrar una solución.

audima

La delincuencia juvenil se refiere a aquellos delitos cometidos por menores de 14 hasta 18 años. Generalmente son adictos a las drogas, que no estudian ni trabajan. Casi siempre son marginales que provienen de hogares disfuncionales o desestructurados. Por la desatención y el descuido de la familia, dejan la casa y la escuela y llegan a ser chicos en situación de calle. Aprenden todas cosas malas y comienzan a robar a muy temprana edad. Si no se les rescata a tiempo de ese submundo, son un peligro para la sociedad.

Son solo algunas de las causas, puesto que la misma situación de crisis de valores morales, de ignorancia y de pobreza, también ayudan a fomentar ese fenómeno. La falta de educación y de transmisión de valores, es el factor principal. Los niños crecen abandonados sin amor ni acompañamiento y es muy fácil que caigan en la delincuencia. La sociedad ni el gobierno les garantiza a los niños y adolescentes el cumplimiento de sus derechos de llevar una vida con salud, educación, divertimiento sano y familia feliz. Todo el tiempo cacarean sobre esos derechos fundamentales presentes en todas las normativas, pero nadie se encarga de hacerlos cumplir.

El trabajo debe ser preventivo. No resuelven tampoco los castigos o las cárceles donde ellos aprender a ser mejores delincuentes en su mayoría de edad. Quizás si hacen servicio militar obligatorio de nuevo, algo se puede cambiar. En los cuarteles, antes se aprendían la disciplina, el. respeto, , la responsabilidad, lavar, barrer y cocinar. Otra alternativa es juntar a todos los inadaptados y llevarlos al Chaco donde pueden hacer sus granjas para alimentarse y desintoxicarse de las drogas.

Los jovencitos adictos roban para comprar sus drogas. Llevan las cosas sustraídas a los reducidores que les cambian por un poco de drogas. Ni la policía ni la SENAD hacen algo para allanar todos esos sitios que los vecinos conocen en los barrios. Se sabe todo el movimiento de los chespis que entran y salen, pero los policías solo pueden ingresar con orden judicial. Vos llevas las pruebas a la fiscalía todo filmado el delito y por tratarse de una bagatela, el juez penal de garantía lo vuelve a soltar. Nuestro sistema penal es muy débil y permisivo. Los Derechos humanos son para los delincuentes y están en contra de las víctimas. Eso tiene que cambiar ahora mismo.

Por eso abogamos por la prevención y la educación. Ministerios, municipios y gobernaciones tienen dinero para esta campaña de salvar a los jóvenes. Con buena alimentación, deportes, literatura y acompañamiento de los padres, podemos hacer la cruzada. A los políticos les conviene hacer un buen trabajo. Los jóvenes son mayoría y van a votar en las elecciones. Es un bono demográfico interesante. La juventud es un tesoro valioso y no podemos permitir que se pierdan de esta forma en vicios y delincuencias. Toda la sociedad sufre las consecuencias porque las autoridades no actúan a tiempo. Todos los días nos lamentamos y no hacemos nada para evitar los delitos. .

Lo
más leído
del día