Como ya se ha dicho hasta el cansancio, la libertad de expresión y de prensa no son un capricho de los periodistas o de los medios de comunicación. Son patrimonio y piedra angular de una democracia y debe estar garantizada tanto para los medios “afines” al gobierno de turno como para los que no. Es, al decir de Guilherme Canela, jefe de Libertad de Expresión de la Unesco, un contrapeso clave en todo sistema democrático.
El sospechoso pedido de la Fiscalía vuelve a poner en duda esa garantía en Paraguay, refiere el especialista. Los oficios de los fiscales (que son o se hacen) que piden que se revele el nombre de la persona quien redactó una información demuestra el total desconocimiento de las leyes y de cómo funcionan los medios de comunicación.
Pero, como decíamos al principio ya lo veíamos venir y es parte del “manual” que aplica un gobierno autoritario cuando llega al poder que, dice Canela, generalmente hace dos cosas: reducir la independencia del Poder Judicial y atacar la libertad de prensa.
Puede que ahora haya una sensación de victoria y motivo de festejo el haber “logrado molestar” a la prensa por parte de quienes mueven los “hilos del poder”. Lo que no saben (o no quieren saber) es que las democracias dependen de sistemas de frenos y contrapesos como la prensa libre y la sociedad civil organizada para garantizar la transparencia y como consecuencia, legitimar gobiernos.
Una democracia endeble afecta la imagen de país, al gobernante de turno y deja un nefasto referente a nivel internacional lo cual trae consecuencias negativas en la relaciones políticas y económicas a nivel nacional e internacional. ¡Déjenos redactar en paz!