Como siempre, Kattya me obligó a reflexionar sobre su aseveración, pues tiene varias lecturas posibles.
La primera pregunta que me vino a la cabeza fue si el globalismo es o no es la ideología impulsada por los países llamados “occidentales” con todo su poder y toda su influencia.
Los hechos muestran que sí. Pero Kattya no tiene que creerme a mí. Debería desmentir simplemente, con hechos, que el globalismo es el tema de todas las cumbres, de todas las reuniones, de todas las acciones de las potencias “occidentales”, desde las financieras hasta las humanitarias, desde las militares hasta las sanitarias.
Si Kattya desmiente eso, entonces revisaré mi enfoque. Prometo estar totalmente atento a su desmentida.
La segunda pregunta es si los globalistas tienen o no tienen influencia indebida y superlativa en el proceso de toma de decisiones de la República del Paraguay.
Los hechos muestran que sí. Pero reitero que Kattya no tiene por qué creerme a mí. Debería desmentir simplemente, con hechos, que los globalistas están insertados en la gobernanza de todas las reparticiones decisivas de nuestra República, desde el MADES hasta el MEC, desde Interior hasta Salud, pasando por Ministerio Público y Poder Judicial.
Si Kattya desmiente también eso, entonces también revisaré mi enfoque. Y vuelvo a prometer estar totalmente atento a su desmentida.
Pero si Kattya no logra desmentir estas dos cuestiones, que el globalismo es la ideología que “Occidente” pretende imponer y que los globalistas inficionan profundamente nuestra República, entonces me gustaría que explique por qué debería yo dedicarme a temas menos importantes.
Desde hace veinte o más años nos piden que nos dediquemos a “vyroreices” mientra firman la enajenación de nuestra soberanía y nuestra sumisión a la ideología totalitaria del Foro. Quieren que hablemos sobre quién se anima a sacarle el dedo medio a Cartes para que no hablemos de quiénes y cómo están restableciendo el poder colonial.
Prefiero ser blanco de los intentos de los fascistas de ridiculizar mis críticas a convertirme en cómplice de sus tiránicos designios. El mundo ya vio, durante la totalitaria cuarentena, la dictadura sanitaria, cómo los fachos pretenden descalificar a los que los ponen en evidencia.
Espero ansioso los desmentidos a las cuestiones acá planteadas. Mientras no las presenten, pueden tratar de descalificarme como “monotemático” que no me van a mover un milímetro de la denuncia contra el globalismo.