Una de las casas de estudios se encuentra en la compañía Loma, en el distrito de San Juan Bautista. Es la escuela básica N° 6.727 “Sagrada Familia de Nazareth”, que tuvo que clausurar parte del edificio por peligro de derrumbe. El director de la institución, Enzo Leguizamón, presentó en la Intendencia un proyecto de reparación y mantenimiento del edificio, a través de microplanificación, y desde el 2019 hasta la fecha, no han tenido ninguna respuesta de las autoridades municipales, departamentales ni nacionales. ¿Qué están esperando para poder intervenir esta institución o acaso esperan que ocurra una desgracia para poder reparar o construir un pabellón nuevo.
Es un ejemplo de la falta de interés en ofrecer aulas confortables para la educación de nuestros niños, principalmente en el área rural del país. Esta institución es una de las tantas que se encuentra en situación calamitosa y que las autoridades correspondientes hacen caso omiso a los pedidos de intervención urgente.
Otro de los casos, siempre en San Juan Bautista, es la escuela básica 5.329 Juan Bernardo Sanabria de la comunidad de Cocueré. Aquí los chicos, a parte de soportar el mal estado en la parte edilicia, tienen que beber agua no potable. Los docentes tienen que acarrear desde la ciudad de San Juan en bidones de 20 litros agua potable para que los estudiantes puedan beber.
El director de dicha institución también cada año presenta, a través de microplanificación, sus proyectos de atención a las escuelas. Estos dos casos son suficientes para afirmar la falta total de interés en mejorar la calidad educativa por parte de las autoridades correspondientes.