Entrevistamos en “La Primera Mañana” por ABC Cardinal, a Juan Manuel Arce, director jurídico, y a Zulma Morales, viceministra de Culto, del MEC, y aunque la respuesta de Zulma fue más compleja, ambos coincidieron en que el ministerio está resuelto a convertir a nuestro sistema educativo en un estado policiaco con detectores de metales, cateos, mochilas transparentes y otros negociados por el estilo, con la desastrosa consecuencia de establecer la totalitaria presunción de culpa, el estado de sospecha y de destruir el derecho a la privacidad.
Juan Manuel reivindicó la “obediencia” como valor y Zulma afirmó que la seguridad obliga a sacrificar los derechos en la emergencia. Es la línea del totalitarismo, sin disimulo alguno.
Sacrificar los derechos con la excusa de la seguridad es el cuento con el que todos los tiranos y todas las tiranías de la Historia han engañado a la gente para convertirla en esclava, en rebaño.
La respuesta del MEC, y de los mercaderes que no tienen escrúpulo alguno con tal de vender mochilas y escáneres y de sus alquilados, no puede ser más errada, más nociva, más deletérea porque ya no queda nada peor que ella.
El problema del asesinato de Sofía tiene que ver con contenidos completamente insatisfactorios, con relacionamiento social completamente desatendido, con incomprensión absoluta de la necesidad de reconocer el desarrollo hormonal, con la represión como instrumento cotidiano de la enseñanza.
El MEC no puede dar atención sicológica porque mantiene por razones políticas el absurdo de ocho mil quinientas escuelas; no puede mejorar los contenidos porque mantiene a cuarenta mil operadores políticos cobrando delictivamente salarios docentes; no puede ofrecer calidad porque resigna las definiciones de la política educativa a la Unión Europea y sus ridículos dogmas totalitarios.
La respuesta del MEC no aborda ninguno de aquellos ni de estos temas y los agrava absolutamente todos. Y todo para que ganen dinero algunos badulaques convirtiendo a nuestros adolescentes en rebaño sospechoso despojado de derechos y hasta de la noción de los derechos.
Lo único que cabe esperar es que el nuevo gobierno rectifique radicalmente el rumbo totalitario que los actuales responsables del MEC están imponiendo contra viento, marea y lógica para destruir los valores de privacidad y presunción de inocencia que son cimiento de una sociedad libre para reemplazarlos por la sórdida utopía de algún nazi.