En sus alforjas, este joven dirigente lleva la enorme responsabilidad y por sobre todo la esperanza de todo un departamento en que vendrán días mejores. Por décadas estas personas vienen soportando la desidia de las autoridades regionales, en relación al uso deshonesto del dinero público, lo que les valió a varios exgobernadores cargar antecedentes judiciales por lesión de confianza, e inclusive algunos con condenas tras comprobarse el robo al erario público.
Méndez debe ser capaz de revertir esta pésima imagen de abandono y saqueo de los bienes públicos, para lo cual deberá rodearse de hombres y mujeres valientes, idóneos y con mucha capacidad de trabajo, y no solo como solemos ver a funcionarios de la gobernación, como simples figuras decorativas o calientasillas, que solo son contratados por algún padrinazgo político.
Para esta importante tarea, el nuevo jefe departamental deberá evitar cualquier tipo de presión, ya sea social o política y desechar a la gran cantidad de “cuervos” quienes ya comienzan a sobrevolar por la sede de la gobernación, para buscar algún acomodo o puesto, sin que tenga la mínima preparación, más que el respaldo de algún político.
Es bien sabido que el nuevo gobernador no podrá solucionar todos los grandes problemas existentes, pero por algo se debe empezar. Creemos que con la correcta elección de los nuevos secretarios departamentales se dará un paso más que fundamental, en busca de lograr mejores días, a los sufridos pobladores del Alto Paraguay.
El nuevo gobernador deberá munirse de sapiencia, y mucha personalidad, para evitar que los cuervos oportunistas tomen vuelos en el nuevo gobierno departamental. Es su oportunidad de hacer bien las cosas.