Es así que intendentes, gobernadores, concejales municipales y departamentales hacen alarde de la ayuda recibida de parte del Gobierno central, como en el caso de cuando la Secretaría de Emergencia Nacional envía asistencia para los pobladores de la zona.
Así vemos cómo orondamente y sin mayores escrúpulos, estos mal llamados dirigentes proceden a posar para las fotos de cuando se entregan los kits de víveres a las familias necesitadas, como si fuesen sus grandes logros, pero en la realidad sabemos que solo realizaron una nota de pedido para que la SEN asista a los pobladores.
Y la historia se repite también cuando llegan funcionarios del Departamento de Identificaciones para realizar las cedulaciones, en la entrega de implementos agrícolas, a pesar de que en esta situación, casi no existe asistencia para los productores.
Recientemente vimos otro caso similar, de cuando se procedía a entregar créditos financieros a productores de Puerto Casado. Participaban del acto los dirigentes colorados, como la diputada nacional Marlene Ocampos, jefa de campaña de esta nucleación política a nivel departamental, y el propio candidato colorado a la diputación José Domingo Adorno.
El proselitismo que significa el empeño o afán de la persona por convencer a sus seguidores, hacia una causa determinada, debería ser realizado en base al trabajo y sacrificio personal, y no a costa del erario público, ya que para eso estos políticos están recibiendo un sueldo costeado por el pueblo.
El Alto Paraguay, uno de los departamentos más carenciados del país, a pesar de sus riquezas naturales, necesita de dirigentes políticos trabajadores, que busquen potenciar un mejor porvenir a los habitantes, y no populistas que solo buscan aprovecharse de los bienes públicos.