Reguladas mafiosas

Los “empresaurios” del transporte público no tienen madre y si la tienen debería darles vergüenza haber parido y criado a seres indolentes que se enriquecen a costa de la humillación ciudadana que diariamente sufre el patético servicio que ofrecen.

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Esta mafia, además de robarle la vida a los ciudadanos, se abroquela y bloquea cualquier iniciativa que implique una opción de transporte diferente e innovadora y sobre todo EFECTIVA, (como los buses eléctricos o el Tren de cercanías) pues esta les sacaría la posibilidad de seguir mamando impunemente de las tetas del Estado.

Si el castigo no fuera suficiente, utilizan el poder del expolio y monopolio para presionar con sus reguladas al Gobierno y robarle, además de dinero, la dignidad a los trabajadores. En septiembre del año pasado, el proyecto del PGN (Presupuesto General de la Nación) contemplaba para el 2023 el equivalente a unos USD 20 millones para el pago de subsidio a transportistas.

De esa misma época es el dato que cuenta que desde el año 2011, cuando se creó el subsidio, el Estado ya desembolsó a la fecha favor de los transportistas más de G. 633.586 millones. De acuerdo a los antecedentes, también en los últimos tres años el Gobierno aumentó los desembolsos a favor de los empresarios.

Ya en este año, a principios del mes de marzo, nos cuentan las crónicas, que el viceministro de Transporte, Víctor Sánchez, justificó que el Estado “adelante” el pago del subsidio a los transportistas en medio de un ambiente de constantes reguladas. Admitió también que el sistema está absolutamente saturado (chocolate por la noticia). El asunto es que además de decir tamaña obviedad, debería ofrecer opciones de solución EFECTIVAS y no recitar como exposición de trabajo práctico lo que ya todos sabemos.

Debería tener al menos un plan de contingencia REAL y no simples peroratas que no nos conducen a ninguna parte. Si ya cuenta con los antecedentes técnicos, debería ponerse a trabajar favor de los usuarios y no de los transportistas.

Es hora de dar una respuesta a esa mamá, a ese papá, a esa maestra, a ese estudiante a ese trabajador nocturno al que se le va la vida humillado en las paradas de ómnibus y en los hacinados buses en los que viajan muchas veces colgados exponiéndose a la muerte.

Para Sánchez la “gran solución” es sacar buses del Estado para hacer “la contingencia”. Un trabajo, generalmente, asignado a los militares y policías quienes tienen que pagar los platos rotos de la ineficiencia gubernamental y la extorsión de las reguladas mafiosas.

mescurra@abc.com.py

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