“A medida que las nuevas tecnologías se hacen más accesibles, la necesidad de lograr un balance entre seguridad y privacidad y libertad de expresión en el mundo digital sigue siendo vital”.
“La Coalición Global para la Seguridad Digital (Global Coalition for Digital Safety) del Foro Económico Mundial está reuniendo un grupo de líderes diverso para acelerar la cooperación público-privada para enfrentar contenidos y conductas dañinos online”.
“Los grupos de trabajo de la Coalición incluye a representantes de Microsoft, Weprotect Global Alliance, Meta (Facebook), Amazon, Google, al Comisionado de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Ofcom UK y Global Partners Digital”.
Así comenzaba la hoja de trabajo sobre libertad de expresión de la sesión del Foro Económico Mundial que arrancó el lunes 16 de enero y terminó el viernes 20, en Davos, Suiza.
Los llamados “Twitter Files” (archivos de Twitter) proporcionan innumerables ejemplos sobre de qué se trata la “cooperación público-privada” que impulsa el Foro Económico Mundial, encubierta por vagas e irrelevantes menciones a la libertad de expresión y repugnantes pretextos como la protección de menores.
Uno de ellos es la actuación del señor Scott Gottlieb, quién fue comisionado de la FDA (Federal Drug Administration de Estados Unidos, encargada de certificar medicamentos y vacunas), quien gracias al sistema de “puertas giratorias” es ahora miembro del directorio de Pfizer.
Gottlieb solicitó y obtuvo de Twitter la censura de tuits del doctor Brett Giroir, también ex comisionado de la FDA, con links (vínculos) a los estudios médicos que sugieren que en el tema covid la inmunidad natural es mejor y más duradera que las vacunas.
Gottlieb también solicitó y obtuvo la censura del periodista Alex Berenson (ex New York Times) por un tuit con un link a una opinión suya cuestionando que el médico Anthony Fauci se hubiera arrogado en público el monopolio de la ciencia.
Gottlieb pidió y obtuvo la censura de Berenson alegando que “criticar a Fauci es una forma de violencia”.
Creo que es evidente pór sí mismo que la “cooperación público-privada” que propone el Foro Económico Mundial no es otra cosa que nazismo puro y duro: Eliminar todo cuestionamiento, toda crítica, todo disenso, incluso el que tiene sólida base científica, incluso el que expresa juicios de valor.
En la Unión Europea esa “cooperación público-privada” tiene fuerza de ley, razón por la que millones de europeos están ahora mismo privados de conocer la “relación especial” entre Pfizer y la presidenta de la Unión Europea o de saber qué pasa en Ucrania.