Altos costos de las dietas saludables y elevados índices de desigualdad: La necesidad de un Plan de lucha contra el hambre

América Latina y el Caribe sufren una mayor prevalencia de inseguridad alimentaria y otros problemas asociados a la malnutrición, por la falta de acceso a dietas saludables.

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Una serie de políticas públicas como programas de protección social de alimentación escolar, de protección contra la pobreza, junto a mejoras en la producción agrícola, en un periodo de crecimiento económico regional y global, llevaron a los países de la región a reducir a la mitad la cantidad de personas que no comían lo suficiente entre el 2000 y 2015.

Desde ese periodo a la fecha, se produjo un cambio en la tendencia cuando el hambre volvió a crecer, alcanzando su nivel más alto durante la pandemia de la COVID-19.

El nuevo informe de Naciones Unidas Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional 2022, señala que el 22,5% de las personas en América Latina y el Caribe no cuenta con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable, en América del Sur el 18,4%.

Los datos de subalimentación (el nombre técnico del hambre), muestran, por ejemplo, que los que menos comen en la región son los niños y las mujeres de los hogares pobres, especialmente los que viven en zonas rurales. Y está asociado con el retraso del crecimiento en niños y niñas menores de cinco años y la anemia en mujeres de 15 a 49 años.

Estas cifras tienen relación directa con los profundos efectos que han sufrido los sistemas agroalimentarios y la alimentación. Durante el 2022 llegamos a los niveles más altos de los precios internacionales de alimentos y actualmente enfrentamos un ciclo inflacionario que afecta principalmente a los sectores más vulnerables que gastan una mayor proporción de sus ingresos en alimentos.

El informe concluye que la región registra el costo de la dieta saludable más alto en comparación al resto del mundo. El costo de esta dieta alcanza los USD $3,89 diarios por día y persona en la región, mientras que el promedio mundial es de USD $3,54.

El informe muestra como el aumento de los precios internacionales de alimentos y la inflación alimentaria afecta el acceso económico a alimentos nutritivos en especial de la población más pobre a quién el costo de la alimentación es 5 veces más alto en el ingreso que de la población menos pobre, deteriorando la seguridad alimentaria. Además, concluye que existe una asociación entre la falta de acceso económico o asequibilidad de una dieta saludable con los niveles de pobreza, desigualdad de ingreso y el crecimiento económico de los países; así como con los niveles de hambre y otras formas de malnutrición.

Un tema adicional vinculado a la falta de acceso a la alimentación de millones de familias en el mundo: el de que una alimentación saludable es aún más difícil de obtener y es un factor que amplía la desigualdad de ingreso.

Es por eso que la FAO reconoce la capacidad transformadora de los programas y políticas implementadas para abordar la vulnerabilidad y mejorar las condiciones económicas de las personas, en especial las que se encuentran en condiciones de pobreza, como el el programa Tekoporã, , Programa Alimentario Nutricional Integral- PANI y el programa de pensión alimentaria para adultos mayores.

Paraguay ha realizado grandes esfuerzos e implementado importantes políticas. Junto a FAO, se ha avanzado en proyectos relevantes con diversos ministerios en temas prioritarios como la recuperación de los medios de vida y la producción de alimentos, la definición de una propuesta de mecanismo financiero para la ganadería sostenible, Asistencia técnica al Viceministerio de Agricultura Familiar; Alianzas con el sector privado, con instituciones públicas para construir un modelo de gestión comunitaria territorial sostenible en comunidades indígenas; y una agenda regional sobre la temática de Gobernanza de la Tenencia de la Tierra. Asimismo, con los Frentes Parlamentarios de las cámaras de Senadores y Diputados; y la ejecución de proyectos medioambientales como forestales y de lucha contra el cambio climático.

En este contexto, el director general de la FAO, QU Dongyu realizará una visita al país, el 26 de enero del corriente, con el fin de abordar la asistencia técnica de la Organización y en particular la definición de movilización de inversión para el sector agroalimentario, en el marco de la iniciativa global de la FAO Mano de la Mano (Hand &Hand Iniciative).

Finalmente, el informe de la FAO y otros organismos de las Naciones Unidas propone acciones coordinadas desde la producción, comercialización y apoyo a consumos de los alimentos saludables, incluyendo frutas y verduras. Para avanzar, debemos invertir para mejorar la producción de alimentos nutritivos y potenciar la comercialización de los productos de la agricultura familiar que contribuyen a las dietas saludables. También fortalecer la información de productos y precios de mercados y el comercio para aumentar la oferta de alimentos nutritivos y potenciar su comercialización; y fortalecer la entrega de alimentos o programas de transferencias (en efectivo o especie) con educación alimentaria y nutricional.

Estas y otras acciones como el programa de Alimentación Escolar del Paraguay- PAEP que se encuentra vigente, van a permitir la mejora en la asequibilidad de alimentos nutritivos y contribuir a mejorar la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes, desde un enfoque derecho de la alimentación, priorizando los productos de la agricultura familiar y la formación en educación alimentaria nutricional de los estudiantes del sistema educativo.

*Representante a.i. de la FAO enParaguay

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