La pregunta que me hago es: ¿Cuál es el costo de oportunidad de la corrupción? ¿Qué sacrifica un pueblo cuando se acepta el camino de la corrupción?
Como embajador de los Estados Unidos en este hermoso país, tengo diariamente la posibilidad de apreciar el talento que existe aquí y las oportunidades únicas que Paraguay tiene para ofrecer. Tenemos un ejemplo reciente en los juegos ODESUR ASU 2022. Los juegos fueron un evento desarrollado al más alto nivel, con la participación de empresas, emprendedores, deportistas y voluntarios de toda la región.
Paraguay mostró a todos lo que es capaz de realizar. Su carismática mascota, Tirika, más que una mascota, fue la representación del potencial paraguayo en el escenario mundial.
Paraguay goza de un enorme potencial económico, siendo uno de los principales proveedores de alimentos en el mundo. Durante los últimos quince años, la economía paraguaya creció en un promedio de 3,9 por ciento anual, superando fácilmente a países mucho más grandes de la región. El país cuenta con estabilidad macroeconómica, abundante energía limpia y otros recursos naturales, tasas impositivas moderadas y una población joven. Un informe reciente de la Fundación Getulio Vargas indica que Paraguay es el país con el mejor clima de negocios de la región. Este es un país con muchas posibilidades y me enorgullece que Estados Unidos sea uno de sus principales inversionistas extranjeros.
Pero, la corrupción es un gran peso que frena a Paraguay. Para preservar e incrementar esos impresionantes logros, se debe luchar sistemática y enérgicamente contra las prácticas corruptas que dañan la fe de la ciudadanía en sus instituciones y –lo sabemos por empresas estadounidenses que consideran Paraguay– ahuyentan la inversión extranjera. Paraguay ha hecho algunas reformas importantes en la lucha contra la corrupción, como transparentar el sistema de contrataciones públicas, mejor acceso a la información, y jurisdicciones especializadas para delitos económicos y crimen organizado. Pero queda más por hacer.
En el tiempo que llevo en Paraguay, he escuchado el clamor de la ciudadanía por una mayor independencia de las instituciones públicas, garantizando recursos adecuados para las agencias encargadas de prevenir y sancionar el mal uso de los fondos públicos y asegurar que las instituciones encargadas de luchar contra la corrupción nunca se politicen. En el mismo sentido, es palpable la frustración de la ciudadanía con la impunidad reinante y su demanda sobre la necesidad de que los procesos legales y judiciales avalen investigaciones y condenas justas y oportunas en los casos de corrupción, fraude y abuso de confianza pública.
Fortalecer las instituciones democráticas y promover la prosperidad económica mutua son los principales objetivos de mi país en nuestra asociación con Paraguay.
Por eso, Estados Unidos continuará apoyando la formalización de la economía, el aumento de la transparencia en las licitaciones gubernamentales, el fortalecimiento del sistema judicial para manejar mejor las disputas legales y la protección de los derechos de la propiedad intelectual. Seguiremos denunciando la corrupción y a los corruptos, en apoyo a los esfuerzos paraguayos por combatir la corrupción.
Soy optimista y veo la oportunidad de un futuro brillante para este maravilloso país –siempre que elija el camino de la transparencia y el Estado de derecho– desafiando a la corrupción e impunidad. La decisión está en manos de todos los paraguayos.
Estados Unidos seguirá siendo un aliado, amigo y socio, que apoyará los esfuerzos de quienes trabajen para que ese porvenir esperanzador se convierta en realidad.
Embajador de los EE.UU. de América en Paraguay