Empezamos con mentiras

Las campañas proselitistas de los diferentes partidos políticos están muy intensas en estos días. La competencia por contratar grupos musicales, hacer eventos multitudinarios, hacer donaciones, derrochar en gigantografías que “adornan” nuestras calles forman parte del día a día.

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Los candidatos deben presentar su declaración de ingresos y gastos de campaña ante la Justicia Electoral, en el marco de la exigencia de la ley de financiamiento político.

Muchos de ellos presentan ínfimas sumas, comparando con el extraordinario gasto que están haciendo. En algunos casos hacen figurar menos de G. 50.000.000 pero el despliegue que realizan jamás lo cubrirán con este monto.

Solo por mencionar a algunos precandidatos de diputados de Honor Colorado que destinan exiguo monto para su campaña como Rocío Abed de Zacarías (G. 45.000.000), César Palacios (G. 45.000.000), Carlos Mercado (G. 40.000.000), Liz Acosta (G. 45.000.000), Julio Riquelme (G. 45.000.000), Mauricio Torres (G. 45.000.000), Nelson Cano (45.000.000) y Digno Cabalero Ruiz (G. 45.000.00).

Pero esto no es solo un fenómeno en este movimiento, pues en Fuerza Republicana la situación es similar. Los monto incluso fueron figurados por debajo de los G. 40.000.000; por citar algunos, Luis González Vaesken (G. 49.877.343), Wilberto Cabañas (G. 37.000.000), José Sánchez (G. 37.739.188) y Fredy Chamorro (G. 37.739.188).

Igualmente en el partido liberal y otros movimientos, los candidatos declararon exiguas sumas como presupuesto de campaña.

Es evidente que están mintiendo descaradamente y el simple hecho de que quieran ocultar de dónde sacan el dinero para cubrir estos millonarios gastos nos debe llamar la atención.

Lo más lamentable es que muchos de ellos son candidatos nuevos que se presentan como opciones de cambio, como alternativas. Sin embargo, llegan con los mismos vicios de los políticos de siempre que en cada elección se disfrazan de cordero para tratar de engañar a la gente.

Las elecciones están en la otra esquina, tratemos de indagar mínimamente a los candidatos que nos rondan en busca de votos, consultemos de dónde sacan el dinero para sus campañas.

Y si notamos una pizca de mentira, hay que descartarlos de la lista de posibles elegidos porque, si estamos empezando con mentiras, es evidente que no llegaremos a buen puerto. Los candidatos que empiezan con mentiras simplemente no valen la pena.

tereza.fretes@abc.com.py

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