Ahoraité no son sogue

Los milagros y la magia existen, lo sabe el presidente (con permiso) y ministro de la Corte Suprema de Justicia, Antonio Fretes. Él es testigo de cómo su hijo con un sueldo de G. 8 millones se convirtió hasta en accionista bancario.

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Un escandaloso contrato en el que se registró un pago de US$ 368.000 para evitar la extradición de Hijazi, firmado por Amílcar Fretes, otro de los hijos del Ministro Fretes, destapó una escandalosa fortuna. Las páginas 2 y 3 de nuestro diario de hoy, realizadas con base en información pública de Catastro, limitada, incompleta y con valores monetarios inferiores a los reales, es un FESTIVAL de bienes inmuebles –muchos de ellos provenientes de remates por quiebras–.

Esos cuantiosos bienes figuran a nombre de empresas vinculadas a Asdrúbal Antonio Fretes. Él tenía 31 años, era un modesto funcionario de la Fiscalía, decía ganar apenas 9 millones de guaraníes cuando en el 2015 abrió AHORAITÉ, una casa de préstamos con capital de G. 5.000.000.000, que no reportó en su declaración jurada de bienes. Para el 2016, Asdrúbal empeoró su situación económica; según él, ganaba un salario menor, pero su economía se disparó a las alturas.

Para el 2017, Asdrúbal ya apareció como accionista en el balance de un Banco, al igual que al menos tres empresas vinculadas al clan. Los fértiles negocios del Clan Fretes incluyen inmobiliaria, préstamos, “asistencia jurídica integral”, comercio de todo tipo, cobranzas y han logrado vinculaciones en al menos dos bancos de plaza.

Es inexplicable cómo permearon al supervisado mundo de los accionistas bancarios. Más inexplicable es cómo el sistema de control de activos nada detectó, o si lo hizo no lo denunció. La diversificación empresarial mostrada por el clan se ajusta a negocios descriptos en manuales contra el lavado de dinero: tierras, ganado, casas de préstamos y apertura de sociedades.

El 13 de agosto de 2018 la Fiscalía General, a cargo de Sandra Quiñónez, imputó a su antecesor, el ex fiscal general del Estado Javier Díaz Verón, por enriquecimiento ilícito y a su esposa por lavado de dinero. Ordenaron su prisión preventiva, y eso que la pareja movió menos empresas y no tenían acciones en bancos como el Clan Fretes: ¿investigación selectiva? A días de haberse destapado el contrato para evitar una extradición, y de haberse revelado un manantial de negocios, el escándalo solo ha merecido la contemplación fiscal.

Por de pronto, si estás cansado de estar sogue, no vayas a AHORAITÉ, permanece cerrado desde que empezamos las publicaciones. Quienes ya no están sogue son los dueños.

mabel@abc.com.py

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