Me parece importante hacer notar algunos elementos llamativos del fallo, los que muestran la ideología del señor Peralta que, a mi modo de ver, es uno de los asuntos más serios que amenazan a nuestra democracia.
En materia de la relación entre los medios y el poder, hay dos enfoques ideológicos contrapuestos: El liberal democrático contra el autoritario fascista.
No uso la palabra “fascista” con sentido peyorativo alguno, sino estrictamente técnico y descriptivo, pues la figura filosófica que reivindica la restricción de la libertad de los medios ante el poder se llama Benito Mussolini y, aunque obviamente no es el único que lo hace, sí es el primero que la plantea como expresa repulsa al sistema liberal democrático.
El juez Peralta, en su fallo, fue más allá de lo que siguió Ricardo Preda, abogado de Marta González, la contraparte de ABC, y ni siquiera se dignó a mencionar la contestación de la doctrina de la real malicia que el abogado de Horacio Cartes discutió como uno de los ejes argumentales de su defensa.
La doctrina de la real malicia es la universal de las democracias liberales sobre la relación de los medios con el poder y fue formalizada en un célebre fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, “New York Times Co vs Sullivan”, de 1964, en la que la Corte norteamericana sostuvo que “las protecciones de la Primera Enmienda a la libertad de expresión” (nuestro Artículo 26) “limitan la habilidad de los funcionarios públicos de querellar por difamación”.
Preda discurrió sobre los presupuestos de la doctrina de la real malicia, seguramente en el convencimiento de que el juez la tendría a la vista para resolver, pues es la doctrina liberal democrática, al señalar expresamente que a su juicio las publicaciones de ABC sobre Marta González tenían como motivación una venganza de nuestro medio contra la funcionaria por haber ella elevado los impuestos.
Pero, sorprendentemente, el juez Peralta hizo caso omiso del salvavidas doctrinario que le arrojó Preda y, simple y directamente, utilizó la doctrina del fascismo para beneficiar a González: El Poder Judicial debe castigar a medios cuyas publicaciones “ofenden” a los funcionarios públicos.
EL juez Peralta pudo haber condenado a ABC usando la sugerencia de Preda, con lo que todavía podría decir que se atuvo a la doctrina liberal democrática. Pero prefirió esgrimir el fascismo puro y duro, tal vez para dejarnos en claro que quiere demoler la democracia.