Los excluidos

La sociedad está divida en varios sectores, el ciudadano honorable, el cuidado común, los trabajadores y los excluidos. Los excluidos del sistema, los que no tienen derecho a una vida digna, los que no tienen que comer, los que no tienen un lugar donde vivir.

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Y están algunos criminales, corruptos, politiqueros, narcotraficantes que gozan de ciertos privilegios. Lo ocurrido en el Buen Pastor con el ingreso del ataúd del fallecido Osvaldo Villalba hermano de Carmen Villalba causó gran indignación. Estamos hablando de un grupo autodenominado ejército del pueblo paraguayo EPP que nada ha aportado a beneficio de la sociedad ninguna de sus supuestas “luchas”. Después vemos algunos militantes del sector “progresista”, alardeando en las redes sociales que fue un “circo mediático” del gobierno de Mario Abdo para sacar provecho. Siempre la misma historia. Este grupo “criminal familiar” tiene una alta responsabilidad sobre el caso de Lichita. El Estado también tiene responsabilidad.

Después tenemos dentro de ese mismo circulo algunos “defensores de derechos”, que se jacta de defensores de DDHH pero utilizan los espacios para ordenar, gritar, y maltratar a las personas cuando no se cumplen sus “caprichitos”. Todos responden a proyectos oenegisticos y se aprovechan de la vulnerabilidad y pobreza e (ignorancia) de las personas. Hay que recordar a ciertos sectores que se reivindican de izquierda o progresistas que los excluidos estamos indignados porque un grupo de criminales asesinaron al líder político y religioso de la comunidad indígena Pãi Tavyterã, Alcides Morilla Romero. Que hay mujeres condenadas presas tras las rejas por sufrir años de violencia doméstica y terminaron ahí y que no gozan de privilegios.

A estos sectores le recordamos también que un 25 de diciembre del 2009, el líder comunista Luis Casabianca dijo que las acciones del EPP son similares al terrorismo de Estado que aplicó la dictadura stronista, en una entrevista realizada por el periodista Andrés Colmán Gutiérrez, donde contaba que el padre de Fidel Zavala luchó con él en la Revolución del 47. Decía en aquella ocasión en esa entrevista que: “Condenamos el secuestro de Fidel Zavala por parte de un grupo armado al que quieren presentar como un supuesto grupo radicalizado de izquierda. Cometer secuestros no es un acto revolucionario, sino un acto terrorista, como los secuestros y desapariciones que cometía la dictadura de Stroessner contra los luchadores populares. Nosotros nos alzamos en armas contra una dictadura asesina, pero nunca contra la gente”, dijo aquella vez Luis Casabianca, dirigente político histórico ya fallecido.

Los excluidos, los trabajadores, el sector campesino e indígena cada vez más empobrecido, porque siempre prevalece las voluntades particulares junto al silencio cómplice de las organizaciones, movimientos y partidos políticos, son responsables que desde hace más de 70 años viene gobernando el Partido Colorado. Gobierno tras gobierno trabajando sobre la politización del miedo, como herramienta cultural de control social. Los excluidos somos muchos, el miedo nos bloquea, nos condiciona, pero al mismo tiempo la esperanza de cambio es lo último que se pierde. Pero lo que sí muchos sabemos que no va a llegar el cambio con estos sujetos políticos.

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