Caótico paso exige solución

El drama cotidiano de las interminables filas de vehículos y largas horas de espera para cruzar el puente internacional entre esta ciudad y Posadas (Argentina) se parece a uno de esos llamados “problemas indecidibles” (que no tienen solución).

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De un tiempo a esta parte, el puente internacional se volvió territorio exclusivo de un sector que se dedica a tiempo completo a traer mercaderías de consumo básico aprovechando la diferencia cambiaria y de precios, en el que el “boom” del momento es traer combustibles para vehículos.

Cientos de automovilistas, tanto argentinos como paraguayos, cruzan el puente, no una vez, sino dos y tres veces por día, para surtir la creciente demanda de la venta irregular del carburante en las calles de la ciudad.

En rigor, no existe impedimento legal en cruzar el puente las veces que cada uno considere necesario, y tampoco se infringe la ley al transitar con el tanque de combustible lleno, pero he aquí la explicación del masivo tráfico vehicular en la frontera actualmente.

Si sumamos a este aumento exponencial de pasajeros la burocracia del control migratorio en el lado argentino, el resultado es el inevitable atascamiento en el paso.

Los daños “colaterales” provocados por la caótica situación los sufren quienes por razones médicas, familiares, o simple turismo, necesitan cruzar el puente, y se ven atrapados durante horas en las filas, víctimas de un juego de intereses que les resulta ajeno.

Una solución posible a la problemática sería crear un carril diferenciado para estos casos, o aplicar una mecánica de control fronterizo similar a la del “Puente de la Amistad”, entre Ciudad del Este y Foz de Yguazú (Brasil), donde el paso vecinal está liberado, y solamente se exige trámite migratorio para viajes de larga distancia.

Atendiendo a la política de la Argentina en materia de control migratorio y aduanero, esta posibilidad parece lejana, pero no deja de ser una alternativa a considerar, y debería ser una tarea que ocupe a nuestras autoridades.

Es imperiosa una respuesta al drama social, humanitario y hasta de seguridad que se vive a diario en este paso fronterizo.

jaroa@abc.com.py

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