Divididos y en espera de alguna “señal”

La pregunta en el ambiente político paraguayo es si la irrupción de la dupla presidencial Euclides Acevedo-Jorge Querey modifica o no el tablero político con vistas a las elecciones generales de abril de 2023.

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Acevedo, junto al sector del Frente Guasu que lo acompaña y otros equipos, apuestan a los votos de quienes están hartos de la ANR, pero que no creen que la solución venga del lado de un representante del otro partido tradicional con el que, en el fondo, no tienen grandes diferencias ideológicas.

El problema del proyecto político Acevedo-Querey es la falta de una estructura a nivel nacional para controlar las mesas electorales.

Una especulación fantasiosa en el ambiente político opositor es que la nueva dupla irá hasta fin de año o un poco más y, si las mediciones de popularidad le son favorables, le plantearán a Efraín Alegre un renunciamiento. Si Acevedo-Querey no “miden” bien, ofrecerán renunciar ellos. Conociendo a Alegre, cuesta creer que esté predispuesto a descabalgar de su candidatura, aun si le anuncian que perderá estrepitosamente.

Sobre lo ocurrido en la oposición, da la impresión de que el presidente del PLRA piensa ganar solo recostándose en el desprestigio y desgaste del Partido Colorado, denunciar a la mafia y la corrupción y presentarse como “EL” cambio.

Sin embargo, para el electorado medianamente crítico, esa imagen que quiere vender no es suficiente. En el breve tiempo que el PLRA estuvo en el poder, no pareció tan distinto a sus eternos adversarios colorados.

El panorama político paraguayo sigue siendo incierto, por los rumores de que pronto habrá más señalamientos de “significativamente corruptos” de parte de la Embajada de los Estados Unidos.

El rumbo que tomará la carrera electoral parece depender más bien de sorpresas antes que de la acción o de las propuestas de colorados y opositores, divididos de la misma manera.

mcaceres@abc.com.py

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