En Misiones, en las filiales de la UNA, unos 200 estudiantes de todo el país presentaron sus trabajos en las jornadas de jóvenes investigadores. La presentación y evaluación se realizaron en las facultades: Filosofía, Derecho y Ciencias Sociales, y Ciencias Veterinarias sede San Juan Bautista. También en la Facultad de Ciencias Agrarias de Santa Rosa de Lima e Ingeniería de Ayolas.
La coordinación estuvo a cargo de los doctores Javier Barúa Chamorro, Héctor Nakayama y Adriana González.
Es indudable la importancia de la investigación científica y tecnológica. Pero los resultados tienen que proyectarse en la sociedad para que realmente tenga validez y utilidad.
Este es un problema de antaño y quizás desde la creación de la UNA que a pesar del esfuerzo plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo sigue como letra muerta porque no hay una integración pragmática entre la Universidad y la comunidad.
El director general de Investigación Científica y Tecnológica de la UNA, Javier Barúa Chamorro, calificó como una realidad la necesidad de redefinición del rol de la Universidad Nacional en el Paraguay. Añadió que los profesionales que trabajan en la investigación buscan lograr una mayor integración con la sociedad y civilizar el trabajo de ciencias y tecnologías para tener una retroalimentación y conocer lo que la sociedad espera de la UNA.
Pero ¿cuál es el problema? El claustro de la Universidad Nacional impide que los resultados de las investigaciones que se realizan tanto en áreas sociales, ciencias naturales, tecnológicas, ingeniería, trabajo, informática, salud y medio ambiente, entre otras, no se ven reflejadas en la sociedad.
Docentes universitarios deben superar miserias humanas porque el objetivo de la educación superior es formar profesionales capaces de cooperar con el desarrollo del país. Pero también debe formar a la persona humana, conocedor del saber científico y dejar de lado el estadio biológico.