Llegué a la tierra guaraní en noviembre del 2019, y aunque sentía que todo era muy nuevo para mí, me embargaba una gran emoción. No necesité mucho tiempo para descubrir toda la belleza del Paraguay, su inmenso potencial de crecimiento.
En este tiempo, tuve la oportunidad de contemplar la diversidad y dinamismo de la cultura paraguaya a través del Carnaval de Encarnación. Visité las represas de Itaipú y Yacyretá, presenciando el enorme potencial que tiene Paraguay de avanzar como país líder del siglo 21 en energía limpia.
En medio de la crisis mundial causada por la pandemia, Paraguay demostró una resiliencia económica ejemplar a través de políticas macroeconómicas estables. Además, está demostrando su liderazgo en instancias multilaterales como MERCOSUR y PROSUR, estableciendo una base sólida para el crecimiento nacional y encaminándose a convertirse en el verdadero corazón y hub de Sudamérica.
Cuando conocí la devastadora historia de Paraguay y lo que tuvo que atravesar durante la Guerra de la Triple Alianza, sentí una profunda empatía recordando las tristes escenas de la Guerra de Corea en nuestra península. Quizás sea por este sentimiento común histórico que el pueblo paraguayo recibió con mucha calidez a los extranjeros, específicamente, a los inmigrantes coreanos que llegaron por primera vez a Paraguay en el año 1965. Hoy en día, alrededor de 5 mil coreanos viven en Paraguay considerándolo y queriéndolo como su segundo país, arraigados en su sociedad. Creo que esto es posible gracias a la calidez y hospitalidad con la que el pueblo paraguayo recibió a mis compatriotas, y por ello estoy sumamente agradecido.
Desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Corea y Paraguay en 1962, ambos países han ampliado y profundizado los lazos de amistad y cooperación en distintos ámbitos, como el político, económico, social, cultural, entre otros. Y aunque actualmente, el intercambio comercial entre ambos países sólo alcance 200 millones de dólares anuales, estoy convencido de que estos intercambios y las inversiones aumentarán significativamente, una vez que se concrete el Acuerdo Comercial entre Corea y el Mercosur.
Corea logró reconstruirse sobre las cenizas de la guerra a través de un proceso llamado “el milagro del río Han”, y creció hasta posicionarse al día de hoy como la 10° potencia económica del mundo. Para compartir toda esta experiencia de crecimiento y el know how, en 2011 Corea eligió a Paraguay como País de Alianza Estratégica para el Desarrollo, y desde entonces se encuentra realizando diversos proyectos de cooperación, con un presupuesto anual de 10 millones de dólares.
Ambos países cooperan y llevan a cabo proyectos en diversas áreas como: administración pública basada en TIC, salud pública, transporte y desarrollo comunitario, entre otros, que a su vez, se alinean con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo 2030, y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. De esta manera, ambos países continuarán manteniéndose en el momentum de cooperación.
Este año, Corea y Paraguay están preparando varios eventos conmemorativos por los 60 años de compañerismo y camino recorrido juntos. Además, la Embajada de Corea en Paraguay desea promover el interés por los patrimonios naturales del Paraguay, el idioma guaraní, el tereré, la artesanía del ñandutí, entre otros, en la comunidad coreana y de esta manera contribuir a fortalecer los vínculos recíprocamente.
El año 2022 marca la recta inicial de los próximos nuevos 60 años. Quizás nos esperan desafíos que únicamente podrán ser superados permaneciendo cerca el uno del otro. Sin embargo, tengo la certeza de que en los próximos 60 años, Corea y Paraguay seguirán firmemente tomados de la mano, caminando juntos hacia el futuro.
Seguiremos “Soñando los próximos 60 años de compañerismo y crecimiento mutuo”.
(*) Embajador de Corea en Paraguay