Brunetti y el MEC de los políticos

En el momento más álgido de la crisis educativa, agudizada en pandemia, el ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti, renuncia para candidatarse a Vicepresidente de la República. Era de esperarse. Nunca cerró un ciclo en la función pública. Deberíamos agradecerle la decisión. Aunque suene utópico, urge que el MEC deje de ser botín político.

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En su corta carrera dentro de la función pública, Juan Manuel Brunetti es conocido por todo lo que no fue. Todos los caminos que inició, los dejó a medio andar para aceptar otros que lo fuesen “ascendiendo”. Pareciera guiado por la ambición, la sed de poder característica de quienes ejercen cargos políticos en nuestro país.

Brunetti era precandidato a la Intendencia de Asunción por el Partido Colorado cuando en febrero de 2021, en medio de negociaciones políticas, Mario Abdo Benítez le pidió que descabalgara y asumiera como ministro de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic). Pero un mes después, en marzo, dejó el Mitic y aceptó ser ministro de Educación.

Este mes, cuando cumple un año al frente del MEC, Brunetti decide nuevamente dejar el puesto porque, otra vez en medio de negociaciones políticas, aceptó ser precandidato a la Vicepresidencia de la República por el oficialismo.

El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), uno de los ministerios que más fondos recibe y que más funcionarios tiene (sólo los docentes en aula son unos 80.000), es utilizado por los gobiernos de turno como botín político, lejos del delicado rol que debería ejercer: el de liderar en serio el proceso de formación, de educación, de nuestros niños y jóvenes, que más que el futuro, son el presente de esta nación.

Al frente del MEC, Brunetti no fue la excepción. “Juan Ma” habló, habló y habló. Se reunió con todos los sectores y prometió un montón. Allá por setiembre de 2021, contrató un servicio publicitario por G. 6.000 millones y para diciembre, los maestros recibían encuestas para saber si votarían por “Juan Ma” para senador.

Hoy, usado el ministerio como trampolín, Brunetti deja la educación como la encontró: con kits escolares sin bolígrafos, falta de rubros para docentes, escuelas sin la infraestructura necesaria y con una educación que está bien lejos de ser lo gratuita y de calidad que gua´u se garantiza en los papeles.

Alguien “nuevo” asumirá el MEC esta semana y volverá a prometer. Y en diciembre, los responsables de esta crisis nos pedirán, con una sonrisa de cartón, nuestro “voto de confianza” para sacar adelante el país.

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