Sabido es, lo peor que le puede pasar a un pueblo, es tener un gobierno corrupto y una Justicia que deja impune los atropellos que se cometen contra los derechos y las necesidades de ese pueblo. Esta es la maldición que ha tenido el Paraguay, repleto de recursos naturales y gente de bien. Más de sesenta años de gobierno colorado, alternados con cinco años a cargo de políticos de oposición.
Paraguay comparte con Brasil, Argentina y Uruguay el Acuífero Guaraní. 70.000 kilómetros cuadrados del importante reservorio de agua dulce se encuentran en nuestro territorio. Además, el país tiene más de 800 ríos y arroyos, según el Ministerio del Ambiente. ¡Qué privilegio! No deberían haber poblaciones enteras sobreviviendo con nulo acceso al agua potable.
Se comprendería la complicación de llevar el vital líquido hasta comunidades alejadas del Chaco, lo cual tampoco debería ser un problema. Pero llegamos al absurdo de que familias que viven a orillas del río Paraguay, en Asunción, no tienen agua. Como respuesta a sus reclamos, el gerente de la ESSAP, Carlos Antonio López, en un arranque de sincericidio, dijo: " antes de ser un derecho fundamental, el agua es un bien económico”. Agregó que iban a ayudar a los clientes de la zona, pero no a los demás. A ellos les dijeron que vayan a sacar agua del río.
Lastimosamente, también por negligencia del gobierno de Mario Abdo Benítez y todos los anteriores, así como no hay sistemas de distribución de agua potable que lleguen a toda la población, tampoco se tomó nunca en serio el cuidado al medio ambiente.
Como ni el Mades ni ningún otro organismo estatal interviene, gran parte de nuestros cauces hídricos están altamente contaminados. Y sobre todo el río Paraguay. En su bahía desemboca el Mburicao, un arroyo precioso, pero muy maltratado en los poco más de 16 kilómetros de su recorrido por Asunción. Está tan contaminado, que a pesar de ser agua, desde arriba se lo ve como un líquido negro y espeso, que así llega al Paraguay. De ahí mandan a las personas más humildes, a sacar agua para beber. ¿
Cómo empezar a hablar de calidad de vida, de salud, si la población no tiene agua de calidad y su medio ambiente está cada vez más contaminado?. No les importa. Cero stress. El gerente de Essap, Carlos López, el ministro del Mades, Ariel Oviedo, el ministro de Emergencia Nacional, Joaquín Roa, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y el vicepresidente que quiere ser presidente, Hugo Velázquez, cada cual en su habitación fresca del aire acondicionado, toman la botella y se sirven... un vaso de agua mineral, a lo mejor importada.