El desbloqueo de listas liquidó el negocio de los caciques políticos de vender las bancas en disputa para embolsarse dinero negro. Ya no pueden vender nada por la sencilla razón de que ya no está en su poder garantizar ningún lugar.
Pertenecen al pasado los días en que Alfredo Jaeggli o Juan Darío Monges se quejaban de los altos precios que había que pagar o los días en que analfabetos funcionales con plata aparecían en las listas.
El desbloqueo liquidó la incorporación a las listas de impresentables como Óscar González Daher, cuyo único mérito era garantizarle al cacique que lo designaba a dedo una estructura política fáctica y corrupta.
Horacio Cartes o Blas Llano podrán seguir elaborando listas electorales con ese tipo de gente, pero ya sin efecto alguno, pues ya no está en su poder garantizar ninguna elección.
El desbloqueo liquidó la falta de representatividad de nuestro sistema político. Ya no podrán ocupar espacios esos estafadores políticos matriculados, los “profesores doctores” que integraban las listas para dar a un barniz de intelectualidad a los delincuentes que mediante las sábanas se infiltraban en nuestro sistema institucional.
Sin embargo, el desbloqueo de listas está siendo objeto de un proyecto de demolición desde ese mismo domingo a la noche, de parte de algunos políticos y algunas ONG que avizoran, con razón, que si se mantienen las listas desbloqueadas, ellos desaparecerán.
Tienen dos argumentos centrales: 1. El desbloqueo favorece a la Asociación Nacional Republicana (ANR, partido Colorado) y 2. favorece a los candidatos del dinero negro.
El desbloqueo no favorece a la ANR en particular. Favorece a los partidos con vigorosa democracia interna. Ese, de hecho, es uno de sus méritos, desalentar que partidos “de cuadro”, autoritarios por definición, influyan en la política nacional.
Los que quieren retroceder a las listas sábana pretenden menoscabar el derecho del pueblo a elegir sin las limitaciones que antes había, enumeradas al principio de este material, como si su incapacidad para organizarse democráticamente fuera un argumento válido.
Si el Partido Liberal Radical Auténtico, Patria Querida o el Frente Guazú no pueden articularse democráticamente, merecen desaparecer y el pueblo no tiene por qué sacrificar sus derechos en el altar de la inutilidad de esos sectores.
El argumento del dinero negro es más disparatado aún y más inmoral: Pretende hacer creer que todos los paraguayos votamos “porque vendemos nuestros votos” y que por eso “no se puede competir con los que tienen fuentes ilegales de financiamiento”.
Es disparatado porque el desbloqueo nada tiene que ver con el financiamiento político, son partes distintas y separadas de la mecánica electoral.
Y es inmoral porque prefieren decir, con ayuda de una prensa intelectualmente pusilánime, que los paraguayos somos una raza moralmente degradada, antes que hacer lo que tienen que hacer para restringir el ingreso de dinero negro en la política, que se hace poniendo a Tributación y a SEPRELAD a revisar las cuentas en lugar de los tribunales partidarios e inhabilitando a los que no cumplan los trámites antes de competir (ley 6501/20).
Los que quieren retroceder a las listas sábana pretenden menoscabar el derecho del pueblo a elegir sin las limitaciones que antes había, no quieren tocar la ley 6501/20 porque ellos también se financian en negro.
Merecen desaparecer porque nunca fueron el cambio, aunque siempre tratan de venderse como el cambio.
El desbloqueo es el cambio verdadero, porque pone el poder en manos del pueblo. Y eso es lo que odian los sinvergüenzas que medran en nuestro sistema político.