Un ejemplo del poco interés de las sucesivas autoridades municipales para solucionar problemas que aquejan a los vecinos y que deben ser de pronto despacho es lo que ocurre en el barrio Lote Guazú, donde, desde hace unos años, reclaman tener veredas para evitar arriesgarse caminando por el asfaltado. Esta penosa situación, que pone en riesgo la integridad física de las personas, se da porque la propia comuna no hace cumplir sus ordenanzas y leyes, dejando que los prepotentes, como la familia Bazán Portillo, usurpen el espacio peatonal.
El concejal Nelson Peralta (ANR), presente en una de las movilizaciones, reconoció a la prensa y pobladores que este tipo de situaciones se replica en varios barrios, pero culpó de ellos justamente a los prepotentes. El edil, pese a que es “representante del pueblo” y por ende debe controlar que las cosas se hagan bien dentro de la administración municipal, pareciera que no sabe o se olvidó que es la Municipalidad la responsable de hacer cumplir las reglas dentro del municipio.
También se perdieron varias plazas que fueron ocupadas por clubes, seccionales coloradas, así como calles usurpadas que dejan sin salida a pobladores. Uno de los espacios que los vecinos siguen sin poder recuperar, pese a una orden judicial, por desidia de la Municipalidad, es la ocupada por el Club 4 de octubre en el barrio San Miguel, porque son voto de colorados.
Urge que las autoridades municipales, de una vez por todas, hagan su trabajo, identifiquen los inmuebles destinados por resolución municipal para espacios públicos, producto de loteamientos, y los recuperen para el uso de todos los habitantes como manda la ley. En caso de que aún no hayan sido transferidos por escritura pública a favor de la comuna por el loteador, la misma, previa mensura judicial y acompañada por la resolución correspondiente que indique dicha designación, y sea gestionada su inscripción ante la Dirección General de los Registros Públicos y el Servicio Nacional de Catastro.