Las TIC han demostrado que son mucho más que una herramienta; partiendo germinalmente de ser medios de información y comunicación, se han convertido en recursos polifacéticos eficaces para el desarrollo de potencialidades personales, vehículos de gestación social, espacios para la producción laboral y de gestión financiera y comercial, por supuesto archivo y caudal en flujo permanente de las ciencias, los saberes y culturas.
Este breve recorrido citando funciones de las TIC no es exhaustiva y en él no están ni siquiera aludidos sus extraordinarios e inagotables frutos y consecuencias de cada una de tan fecundas funciones. En mi opinión las funciones más trascendentales son las que se refieren a la insólita capacidad que tienen las TIC de desarrollar potencialidades intrínsecas de cada persona, como la ampliación ilimitada de nuestra memoria cerebral con el disco duro, los discos externos, la nube y las conexiones con los archivos de internet. Las TIC aceleran nuestra capacidad de cálculo, multiplican nuestra capacidad de presencia superando el espacio, el tiempo, las distancias haciendo posible virtualmente la multiplicación simultánea en diferentes escenarios locales, nacionales y mundiales. Posibilitan el acceso personal a bibliotecas , museos, conciertos musicales, acontecimientos políticos, sociales, culturales, sin movernos de casa, etc.
Las TIC nos han convertido en seres humanos superdotados con potencialidades que naturalmente tenemos muy limitadas.
Igualmente están desarrollando nuestra dimensión social, posibilitando infinidad de contactos con personas de todo el mundo y creando espacios de encuentro, comunicación y diálogo en redes sociales o en encuentros interpersonales o grupales plurinacionales y pluriculturales.
Nuestra psicología es enriquecida con toda clase de estímulos, que provocan emociones, sentimientos, ideas, reflexiones que ponen en movimiento nuestra conciencia y personalidad..
La imprenta (1440) nos metió en la Galaxia Gutenberg; las TIC han abierto y nos han introducido en la Galaxia Virtual. Es otro el ser humano inmerso en la esfera y los lenguajes digitales, en la sociedad virtual, en la cultura virtual, por eso hablo de un nuevo humanismo, el Humanismo virtual, recién nacido, que se suma al Humanismo natural.
La Galaxia Gutenberg cambió la educación. Al aparecer los libros ya no era imprescindible “dictar clases” para que los alumnos copiaran los conocimientos de sus maestros. En la Galaxia Virtual ya no son imprescindibles las bibliotecas de libros impresos ni la presencia física permanente del maestro. Las posibilidades de transferencia y adquisición de información , consejos y conocimientos se han multiplicado extraordinariamente.
El cambio no es sólo cambio de recursos pedagógicos, es sobre todo cambio de pedagogía y didáctica.
Cambio de pedagogía porque el niño, adolescente, joven y adulto de la Galaxia virtual son muy diferentes a los de las galaxias anteriores. Cambio de didáctica, por la novedad de los recursos y porque el futuro para el que les educamos será radicalmente diferente al mundo presente. En ese futuro, las exigencias, posibilidades de éxito, dificultades y desafíos también serán muy diversos.
Y cambio de didáctica por lo dicho y porque los recursos disponibles en el mundo virtual se parecen muy poco o nada a los tenidos hasta ahora.
A educar en la era y Galaxia virtual no se aprende con sólo aprender a manejar las computadoras y teléfonos celulares inteligentes. Hay que saber sumergirse en la cultura del mundo virtual, que supone un cambio sustancial en la antropología de la educación, puesto que se trata de un nuevo modo de ser humanos. Es un cambio profundo en la filosofía de la educación, ya que hay que saber justificar en la sociedad virtual por qué, para qué y qué es en esta época la educación. Por la misma razón hay que cambiar la sociología y la psicología de la educación, puesto que la sociedad virtual espera con derecho que sus hijos sean educados en y para vivir en la Galaxia virtual.
Este gigantesco desafío de cambio de galaxia nos sorprende a los paraguayos cuando tenemos las autoridades educativas de menor competencia profesional en educación en las tres décadas de democracia. ¿Esperanza?