Como hace tres años atrás, una vez más, la especie vegetal Yakare Yrupẽ brota en el lago Santa Librada y cubre toda la extensión del agua con su belleza.
Como es natural, al ser un atractivo turístico genera el deseo de la gente de acercarse a conocerlo. Los vecinos de la comunidad de Piquete Cue no se molestan con las visitas, al contrario, están felices de que las personas de otras ciudades acudan a conocer esta maravilla de la naturaleza, pues además la concurrencia genera un interesante movimiento comercial en la zona.
Lo único que piden los limpeños es que la gente sea consciente, y que ya no ocurra el triste episodio de tres años atrás, cuando personas fueron a arrancar y llevar estas plantas, destruyendo así una especie que exhibe vida y belleza pocas veces en la vida.
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Largas colas para entrar
Este sábado 23 de enero, día en que mucha gente tiene tiempo libre para pasear, se observa una extensa fila de vehículos que aguardan cerca del acceso a la laguna Santa Librada para poder ingresar a observar el fenómeno natural.
Los vecinos de Piquete Cue se organizaron e instalaron un acceso oficial al sitio, donde se cuenta con lavatorio de manos, alcohol en gel y todos los requerimientos sanitarios para prevenir la propagación del COVID-19. Al lugar se puede ingresar solamente con tapabocas y están prohibidas las aglomeraciones.
Pero a pesar de que hacen todo lo posible por mantener la conducta controlada, también temen que en algún horario en el que no haya supervisión personas inconscientes ingresen a dañar los brotes del Yakare Yrupẽ o aglomerarse, generando así un riesgo para la salud.
Ruegan a los visitantes que no pretendan ingresar con vehículos pesados que destruyen el suelo donde crece este fenómeno natural.