Según página web “Mis Animales”, 1 de cada 4 perros desarrollan algún tipo de cáncer a lo largo de su vida. Las neoplasias malignas son unas de las principales causas de muerte en caninos.
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El tumor se considera maligno o cancerígeno cuando este tiene la capacidad de crecer de forma desenfrenada y de expandirse a otras partes del cuerpo. Si las células del cáncer viajan por la sangre o el sistema linfático a otros órganos del animal, es posible que se forme un tumor secundario en otro tejido diferente al original, cuadro que se conoce como metástasis.
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La hinchazón abdominal prolongada es una de las señales más claras de que tu perro tiene cáncer. Un tumor en el peritoneo o en diversos órganos puede provocar que se produzca una acumulación de fluidos, lo cual hace que la tripa del animal se hinche. Más allá de las neoplasias, este signo clínico también evidencia ciertos problemas intestinales. Ante los signos clínicos hay que llevar con urgencia a la veterinaria.