La fundación Ángel Orensanz -una sinagoga comprada por el escultor español del mismo nombre, que la reconvirtió en una sala de usos culturales- acogió a once perros que lucieron los conjuntos de la nueva colección de Rubio, ‘Everything’s coming up roses’ (‘Todo se transforma en rosas’) , pensada para la época primaveral y marcada por los motivos florales que decoraban los atuendos de los caninos. “Hemos vivido momentos difíciles, y el nombre de la colección hace alusión a que tras eso siempre hay algo positivo y feliz. Con mi ropa, yo quiero que todo el mundo esté feliz”, expresó a EFE Rubio, nacido en Nueva York y de ascendencia puertorriqueña.
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Rubio aseguró que a los perros “les encanta” actuar para sus ‘padres’ y ‘madres’ e incluso desfilar en la pasarela: “La gente tiene que entender que no forzamos a los animales a llevar la ropa”.
“Los perros son más fáciles que los humanos, nunca se quejan. Yo diseño para su comodidad y seguridad. La ropa es transpirable, los perros pueden ir al baño sin quitarse las prendas, todo está hecho teniendo en cuenta su comodidad” , explica.
Cabe destacar que muchos de los modelos perrunos eran adoptados, acorde con los valores del diseñador, quien insta a no comprar animales: “Ellos no eligen nacer y la gente los compra porque quieren tener un perro de una raza específica y luego se cansan de ellos y los abandonan” , denuncia.
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En línea con esta reivindicación, parte de los fondos recaudados en el desfile estaban destinados a varias organizaciones que se encargan de rescatar animales, según explicó Rubio. (EFE)