“Nuestras mascotas viven más, pero esta situación viene acompañada de una mayor prevalencia de patologías asociadas al envejecimiento, entre ellas el llamado síndrome de disfunción cognitiva (SDC)”, explica el médico Jorge Duarte, experto en neurología veterinaria.
El profesional señala que tanto veterinarios como propietarios observan cómo algunos perros desarrollan cambios de comportamiento o hábitos como la tendencia a dormir mayor cantidad de horas, ralentizar gradualmente su ritmo de vida y, algunos que muestran severas alteraciones de la función cognitiva, comparables con la enfermedad de Alzheimer (EA) en humanos y que podría ser considerado un “envejecimiento patológico” provocando una disminución de las facultades mentales asociadas al pensamiento, reconocimiento, memoria y a la conducta aprendida.
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Envejecimiento patológico
“Este envejecimiento patológico se define como un desorden neurodegenerativo relacionado con la edad que se caracteriza por un declive cognitivo progresivo y una serie de cambios de comportamiento asociados. Dicho esto, es importante recordar que existen problemas médicos que pueden producir signos similares a los del SDC y por ello es importante descartar otras patologías orgánicas incluyendo patologías neurológicas, musculoesqueléticas, urogenitales, gastrointestinales, endocrinas, cardiovasculares, dermatológicas o alteraciones de los sentidos, y afecciones generales como el dolor o la obesidad, entre otros. En cualquier caso, es habitual que debido a la edad de los perros existan otras patologías concomitantes en el mismo paciente además del SDC, lo que dificulta su diagnóstico”, afirma el doctor Jorge Duarte.
Prevalencia
Explica el profesional que esta patología es considerada de curso progresivo y crónico, siendo su prevalencia de un 50% en los caninos mayores de 7 años de edad, 28% en los perros de entre 11 y 12 años y del 68% en los de 15 y 16 años. Esto lleva a pensar que el aumento de la edad es proporcional a la probabilidad de contraer la patología.
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“Es muy probable que la prevalencia del SDC sea superior a la conocida, esto es atribuible a que el propietario normalmente no informa al veterinario de los cambios comportamentales que sufre su mascota, debido a que los considera como cambios normales para su edad, esto sumado a la falta de pruebas diagnósticas in vivo objetivas, conlleva a un sub-diagnóstico de la patología. Los datos de prevalencia también varían levemente según el entorno cultural donde se encuentre; esto se debe a que el rol que cumple la mascota dentro del hogar varía en el mundo y que los test comportamentales no son interpretados de la misma forma”.
“Dentro de las categorías de esta enfermedad se encuentran como factores de riesgo; además de la edad, la talla, raza, sexo y estado reproductivo”, informa el veterinario.
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