Drama de celos: cuando el gato no tolera a la nueva pareja de su dueño

¿Compartió durante años su hogar solamente con su gato? ¿Eran un equipo perfecto? ¿Y ahora usted encontró una nueva pareja? Lo que para usted es motivo de verdadera alegría y felicidad puede convertirse en una pesadilla para su mascota.

Si el gato es agresivo o araña, la nueva pareja no debe acosarlo, sino ignorarlo. Esto le transmite que no es percibido como un peligro.Roland Weihrauch
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“De repente, el gato debe compartir la atención que se le brindaba. Ya no puede venir a acurrucarse o tal vez ya no puede dormir en la cama”, comenta Michaela Asmuss, entrenadora de mascotas en Alemania. “Esto puede ser traumático para los caracteres sensibles”, agrega.

La manera en que reaccionará el gato ante la nueva persona en la casa dependerá de su temperamento. Entre la variedad de comportamientos posibles, puede ocurrir que, de golpe, se apegue de manera extrema a “su” persona, maúlle de manera frecuente o se afile las garras en los muebles.

Otros felinos, en cambio, se vuelven muy silenciosos y se repliegan. Y también hay gatos que intentan desplazar al intruso con todos los recursos posibles, incluso con amenazas y ataques concretos. Algunos, incluso, ni siquiera dejan que la nueva pareja acceda a la cama.

Sin embargo, no está claro si este comportamiento se debe a celos como en el sentido humano. “Tal vez sea solo una interpretación humana”, comenta Lea Schmitz, de la Asociación para el Bienestar Animal de Bonn.

Pero Asmuss sí opina que este tipo de comportamientos en gatos se equiparan a los celos humanos. “Esto ocurre cuando se les disputan ciertos recursos, por ejemplo, comida, lugares de descanso o incluso la persona”, explica.

No se recomienda castigar a un gato “celoso”

Ambas especialistas aconsejan que de ninguna manera debe reaccionarse con un castigo ante el comportamiento del animal que se encuentra perturbado. O sea, no salpicarlo con agua, gritarle ni expulsarlo de la habitación.

Un gato mira detrás de los barrotes.

“Eso solamente reforzará los miedos del animal, que tampoco entenderá porqué es castigado”, comenta Asmuss. En el peor de los casos, el felino incluso reforzará posteriormente ese comportamiento.

Para que la relación mejore se necesita que ambos integrantes de la nueva pareja colaboren. El gato debería poder continuar con sus rituales con “su” amo, como el acurrucarse, o también dormir en la cama.

Si la nueva pareja no padece precisamente de una alergia a los gatos, deberá comprender y tolerar la presencia del gato en la cama.

“Nadie debe abandonar o cambiar por completo la relación con un animal solo porque su nueva pareja lo desee”, advierte la experta en gatos desde Alemania.

¿Qué pasa si hay alergia al gato?

Únicamente si existe una alergia, entonces al gato debe instalársele un lugar cómodo para dormir, que gracias a prendas o ropa de cama tenga el olor de su persona favorita. Y, antes de dormir y tras levantarse, esta debe además ocuparse plenamente de su mascota.

El o la nueva integrante de la pareja no debe acosar al gato, sino ignorarlo. “Mirar hacia otro lado puede ser una forma fácil de hacerlo, porque se le transmite al gato que no se lo percibe como un peligro”, dice Lea Schmitz.

Por otra parte, el o la nueva integrante del hogar puede ganarse el beneplácito del gato en la medida que le dé el alimento o las golosinas.

“Una posibilidad es que la nueva persona sea la única fuente de la golosina favorita y la deje caer de vez en cuando”, es otro de los consejos de Schmitz.

Si el gato se vuelve poco a poco más accesible para la nueva persona, también puede intentar jugar con él, preferiblemente a distancia, por ejemplo con una varilla.

En caso de que la mascota acepte el juego, ya al menos se habrá logrado romper el hielo. Pero si, por el contrario, el comportamiento negativo del gato se acentúa, las expertas recomiendan recurrir a ayuda profesional.

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