El felino blanco entre asustado y vanagloriado por el interés concitado en torno a su travesura, no dejó de subir a las ramas del viejo tajy del centro de Asunción.
Por su pelo blanco y sus ojos que pedían auxilio fue divisado por sus dueños que enseguida llamaron a los bomberos voluntarios.
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Estos ni cortos ni perezosos, nunca mejor dicho, anclaron la escalera y de una zancada estuvieron bien arriba.
Pero las dificultades hicieron que volvieran a intentarlo, una y otra vez, porque al minino se le ocurrió ir a la punta, allí donde las ramas eran más delgadas.
Gato movió a los bomberos
La noble misión la llevaron adelante Diego Ruiz Díaz y Luis Bobadilla, quienes le pusieron color a la siesta con garúa, mientras los curiosos se amontonaban sin animarse a preguntar si era un desahuciado que quería lanzarse al vacío o un incendio apenas perceptible.
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Verónica Díaz, de la central de emergencias 132, dijo que ellos están preparados para el rescate en altura, de personas y animales.
Muchas veces esperan que pase la lluvia o trabajan en conjunto con la municipalidad y la ANDE por el peligro del tendido eléctrico. Ellos con su “canasta” pueden verificar si hay algún contacto donde pasa la energía.
Para protegerse usaron guantes, bolsas y red para atrapar al animal.
El gato bajó sano y salvo
Salvado y con aplausos bajó el gato macho de color blanco y como nunca antes se sintió famoso y querido.
“Para nosotros es una vida más, salvamos vidas, bienes y materiales como dice el juramento que hicimos”, concluyó Ruiz Díaz.