Dado que el gato adulto ya no corre y juega tanto, suele consumir menos calorías que en sus años de juventud. Para contrarrestar un aumento de peso, la asociación alemana de artículos para mascotas y animales domésticos (IVH) recomienda reducir gradualmente la cantidad de alimento.
Los gatos mayores necesitan menos comida en general, pero algunos también necesitan más alimento rico en energía. Según los especialistas, muchas porciones pequeñas son mejor tolerables para el sistema gastrointestinal de los felinos que unas pocas raciones diarias más abundantes.
Cada kilo de más no solo supone un esfuerzo para las articulaciones del animal, sino que también aumenta el riesgo de diabetes. Si el dueño nota que su mascota ya no puede morder ni masticar correctamente, es necesario cambiar a un alimento con una consistencia más blanda.
En cualquier caso, el lugar de alimentación de los gatos mayores no debe cambiarse. Esto también se aplica al arenero. Sin embargo, si el gato tiene dificultades para desplazarse tal vez sea conveniente comprar una bandeja adicional.