La infección por el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF) es una enfermedad importante en los gatos de vida libre. Según manifiesta el médico veterinario Diego Dacak, las personas no pueden infectarse con el VIF de su mascota.
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Es importante mencionar que aproximadamente entre el 1% y el 5% de los gatos portan este virus. Una vez que un gato se infecta con el VIF, el virus permanece en su cuerpo de forma persistente durante toda su vida.
“El VIF se propaga a través de peleas y mordeduras, por lo que suele darse en gatos más jóvenes no esterilizados y con acceso al exterior, especialmente, cuando están estableciendo un territorio” afirmó el veterinario.
¿Cómo actúa este virus y cuáles son los síntomas?
Dacak explica que el VIF avanza muy lentamente durante varios años, destruyendo los glóbulos blancos del gato, lo que le hace perder su capacidad para combatir enfermedades.
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Este debilitamiento del sistema inmunitario hace que el gato tenga una mayor predisposición a sufrir infecciones secundarias y tarde más tiempo en recuperarse de enfermedades y afecciones cotidianas.
Un gato que padezca el VIF mostrará síntomas como:
- - Pérdida de peso.
- - Fiebre.
- - Infecciones.
- - Diarrea.
- - Letargo.
¿Cómo se diagnostica?
El profesional de cuidados animales mencionó que el virus se podrá diagnosticar a través de un análisis de sangre.
Hay varios sistemas de test disponibles para el diagnóstico de la infección por VIF. Algunos de estos test se pueden realizar en las clínicas veterinarias. Estos test detectan anticuerpos frente al virus.
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Existen otros test que están disponibles en laboratorios especializados (a los que el veterinario puede enviar la muestra) para detectar el virus en sí mismo y son muy sensibles. También se puede realizar el aislamiento del virus. Si el resultado del primer test de anticuerpos presenta alguna duda o lleva a confusión entonces el veterinario puede necesitar un test adicional para asegurar un correcto resultado.
El hecho de que un gato tenga VIF no es motivo para practicarle la eutanasia, pero deberán tomarse una serie de precauciones sanitarias razonables y no se le deberá permitir deambular libremente ya que podría infectar a otros gatos.