Gianinna (29) es emprendedora en el rubro veterinario, hace dos años dirige su propia clínica, enfocada principalmente en gatos. Como muchos jóvenes maneja las redes y, desde ahí, (en Instagram: @kitzmei) fomenta la tenencia responsable.
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Su amor por los animales nació con ella, quiso estudiar veterinaria pero desistió; finalmente, a través del aprendizaje autodidacta, profundizó en comportamiento felino. “Me enamoré de la etología, más aún cuando tuve mi primer gato y descubrí que en Paraguay, contrariamente a lo que yo creía, ninguna clínica supo darme información completa sobre las necesidades del gato más allá de sus vacunas o alimentación”.
Sabiendo que en Alemania los gatos son las mascotas número 1, Gianinna viajó a visitar a su padre, y él fue quien le proveyó nutrido material sobre la dimensión gatuna. “Estudiar el comportamiento de los gatos es lo más apasionante que hice en mi vida, poder entenderlos me hace sentir un verdadero superpoder”, describe.
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Con una base sólida, regresó al Paraguay y abrió su propia veterinaria, pensando en las personas que como ella ven en sus mascotas mucho más que un animal. “Creé un paraíso felino, donde encontrar todo tipo de información” cuenta la emprendedora.
Tener gatos, ¿una moda?
Gianinna no considera que tener esta mascota esté de moda, y cree que después de muchos años de ignorancia y mitos (como que los gatos negros dan mala suerte o que los gatos son culpables de la toxoplasmosis), por fin estamos mejor informados, y que esa información entonces posibilita más el tener gatos.
“Yo vengo de una familia en la cual me enseñaron que el gato es malo, traicionero y contagia enfermedades, pero, gracias a que me tomé el tiempo de demostrarles lo que realmente puede ser un gato si lo cuidamos, entendemos y respetamos, hoy en día pocos de mi familia duermen sin un gato”, relata.
-¿Los videos en las redes transmiten la realidad sobre tener gatos?
Internet está lleno de gatitos interactuando con sus humanos de manera simpática y tierna, y no me parece mal que esta relación se fomente, siempre y cuando seamos responsables y conscientes de que al igual que los humanos, cada gato tiene su carácter, personalidad y preferencias. Existen gatos muy mimosos y otros a los que con 5 minutos de cariño a la semana les sobra, o los que no quieren bañarse y otros que sí. Tampoco está bien esperar que nuestro gato haga los trucos que hacen otro gatos (Tik Tok). Ahora, si querés un gato mimoso, lo ideal sería ir a un refugio y adoptar uno adulto que tenga ese carácter y predisposición.
-¿Cómo percibís la sensibilidad de nuestra sociedad respecto a estos felinos?
Tengo la suerte de estar rodeada de personas que aman a sus mascotas. Pero a nivel de sociedad todavía nos queda mucho por aprender. Muchos cuentan abiertamente y hasta con orgullo cómo le disparan al gato que ven en su muralla o cómo entrenan a sus perros para perseguirlos y asesinarlos, las excusas para hacerlo van desde miedo a que el gato sea agresivo o que transmita una enfermedad, hasta molestia porque aparecen en la casa sin ser invitados, o simplemente odio hacia ellos.
-¿Cómo resolver ese rechazo?
Parte del problema es que algunos propietarios de gatos no saben cómo cuidarlos correctamente. Hay creencias, como que al gato macho no hay que castrarlo y que es normal que desaparezca cuando está en celo y pelee con otros gatos; esa ‘libertad’ que le dan se convierte en un peligro para él. La castración es básica y fundamental para la buena calidad de vida del gato.
Bella
La muerte del gato Bella, quien llegó a Paraguay hace un par de años mochileando con su dueño colombiano, también impactó a Gianinna. “Lo primero que se me pasó por la cabeza es que podía haber sido cualquiera de mis gatos, realmente fue muy doloroso. La relación con un animal puede ser parte primordial en la vida de mucha gente, y la pérdida es tan fuerte como si fuera un hijo. Lo positivo es que los amantes de los animales exigen justicia y respuestas.
-No se habla del “hubiera hecho…”, pero ¿se pudo haber evitado?
Todo animal en situación de calle corre riesgos, pero los gatos aún más porque desde tiempos inmemoriales están rodeados de mitos. Los gatos son exploradores y fácilmente pueden entrar hasta la cocina de un vecino, y que esa persona le tema y decida hacerle daño. Ahí es donde la responsabilidad recae en el dueño. De todos modos, nada justifica hacerle daño a un animal.
-¿Qué debemos prevenir antes de traer un michi a casa?
Ser un dueño responsable implica conocer los riesgos a los que se enfrenta la mascota. Antes de traer un gato a nuestra vida, deberíamos analizar si donde vivimos es apto y qué peligros tiene cerca: calles muy transitadas, perros agresivos, personas peligrosas. Si tenemos vecinos con aves, peces o conejos que puedan atraer a nuestro gato. Y respecto al gato conocer sus capacidades y limitaciones, algunos son extremadamente inteligentes, hasta abren puertas, otros al verla arrimada interpretan que está totalmente cerrada. Debemos evaluar todos los factores para decidir tener un gato, y si puede ser de exterior o está destinado a vivir únicamente dentro de la casa.
-¿Qué medidas sugerís a modo general?
Lo ideal es que un gato de ciudad no tenga acceso al exterior por que se expone a múltiples riesgos. La tenencia responsable implica “gatificar” la casa, es decir adaptar la casa a las necesidades de nuestro compañero (tiene que seguir desarrollándose como gato), incluso con un catio (cat-patio) donde pueda disfrutar del aire y el sol, pero sin salir a la calle.
-¿Qué aprendemos de la convivencia con gatos?
Desde yoga hasta psicología, yo los considero seres mágicos. Conviviendo con ellos aprendés paciencia, perseverancia, desapego, a amar con libertad. Me gusta decir que en realidad uno no educa al gato, es él quien acaba educando a su humano.
Un camino que recién comienza
“Lo que más me llamó la atención del caso Bella fue la cantidad de gente que se aferró al hecho de que fuera envenenado. Y aunque luego el informe oficial arrojó que fue atacado por un perro, el envenenamiento existe, y es una triste realidad en Paraguay. Lastimosamente la mayoría de ellos son callejeros y nadie los reclama” refiere.
Segundo, “que haya sido atacado por un perro no me parece menos preocupante, porque entrenar a un animal para que haga daño a otro es más cruel que si el perro lo hiciera por si mismo. Espero que la pérdida de Bella nos ayude a reflexionar sobre los riesgos a los que se enfrentan todos los días los michis en las calles, no solo para cuidar mejor a los nuestros, sino para crear empatía con los callejeros, (castrarlos, buscarles hogar)”, comenta.
“Y las personas a las que no les gustan los gatos, que denuncien a algún tipo de organización como Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal. Realmente nos queda un largo camino por avanzar”, finaliza la experta en gatos.