A las aves domésticas no solo hay que proveerles de carbohidratos, grasas y proteínas, sino también de vitaminas y minerales. La mejor manera de suministrarles dichos nutrientes es con alimentos crudos.
Pero, ¿qué vitaminas en concreto? y ¿con qué alimentos? El biólogo Jason Crean da las claves en la revista alemana especializada "Wellensittich & Papageien" (edición julio/agosto 2020), lo resume de este modo:
- Vitamina A: Pertenece a las vitaminas liposolubles e influye en el sistema inmunológico y hormonal, entre otras cosas. También es responsable de la pigmentación de las plumas.
La vitamina A se obtiene de los betacarotenos contenidos por numerosas frutas y verduras, entre ellas las acelgas y otras hortalizas de hoja verde oscura. Según los expertos, la deficiencia de vitamina A es una de las carencias más frecuentes entre las aves domésticas.
- Vitamina C: La contienen muchas frutas y verduras como las cerezas, col rizada, brócoli o los pimientos. Refuerza el sistema inmunológico, el crecimiento y normal desarrollo y la recuperación muscular y ósea.
- Vitamina D: Las aves que suelen estar en el interior, sin acceso a la luz natural, pueden tener una deficiencia de vitamina D. Esto se debe a que hay pocas fuentes de alimentos que proporcionen este nutriente.
Para evitar una carencia de esta vitamina, los propietarios deben permitir a menudo a sus aves el contacto directo con la luz solar.
- Vitamina E: La deficiencia de esta vitamina puede provocar enfermedades cardiovasculares y problemas del sistema inmunológico en las aves. Las pipas de girasol, las almendras y las avellanas son excelentes fuentes de vitamina E.