“El diseño y la sostenibilidad no tienen que ser incompatibles, simplemente hay que aplicar imaginación, ingenio y tiempo”, dice a EFE Merino, que tras seis meses de trabajo y cultivos desde cero ha confeccionado un vestido completamente biodegradable que enmarca la silueta femenina.
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Fascinado por el diseño vanguardista y disruptivo de Schiaparelli, Merino siempre tuvo claro que quería ser diseñador, aunque no sería hasta 2023 cuando daría forma en su cabeza a este proyecto, con el que se ha convertido en ganador del concurso de moda sostenible organizado por NHood España.
El vestido nace de un proceso de seis meses que ha pasado por fases de germinación, cortado, limpieza y secado. “Ha sido largo y tedioso, la primera parte era saber qué semillas funcionaban mejor, y el siguiente reto era saber tratarlas y manipularlas; los fallos han sido numerosos”, desgrana sobre las etapas de creación.
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“El enfoque sostenible no solo está en el uso de un material biodegradable, también está en el concepto, la historia que enmarca mi presentación, una historia que recalca la importancia de la tecnología para crear nuevos materiales que hagan nuestra industria más sostenible”, explica el diseñador.
Un vestido de raíces
Su acercamiento a las raíces como materia prima fue de casualidad: “Tuve la oportunidad de conocer el material porque una amiga me enseñó una decoradora que hacía lámparas usándolo, y pensé que tenía cabida en el mundo de la indumentaria”.
El resultado son raíces intrincadas que crecen en diferentes larguras y tamaños sobre la silueta de la modelo, en una prenda entallada en la cintura y de corte asimétrico. “He utilizado diferentes tipos de cultivo, que me han permitido conocer también distintos acabados, colores y texturas, algo que he intentado reflejar en el vestido”, añade.
Merino ha sido galardonado con un curso de diseño en la Central Saint Martins de Londres, una de las escuelas de arte más prestigiosas del planeta. “Tengo muchas ganas de ver qué se cuece en otros sitios”, añade.