Las interceptaciones se produjeron sobre el territorio de los óblasts ucranianos de Mikoláyiv, Odesa y Jersón (sur), Dnipropetrovsk (centro), Kiev y Cherníguiv (norte) y Cherkasi (oeste).
La aviación ucraniana participó en las interceptaciones junto con unidades de misiles antiaéreos, patrullas móviles que derriban los proyectiles enemigos con armas más ligeras y especialistas en guerra radioelectrónica del Ejército de Ucrania, según explicó en su parte la Fuerza Aérea.
Rusia ataca prácticamente cada noche territorio ucraniano con drones Shahed, una tecnología iraní relativamente barata capaz de alcanzar objetivos a un millar de kilómetros de distancia.
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La gran mayoría de estos drones son interceptados por las defensas ucranianas, pero su uso masivo sirve a Rusia para obligar al enemigo a gastar munición.
Ucrania ha respondido a estos ataques desarrollando sus propios drones de largo alcance, con los que ataca territorio ruso con creciente frecuencia.