En las últimas encuestas electorales ninguno de los dos partidos logra superar el umbral electoral para tener representación parlamentaria, algo que Meretz ya perdió en los últimos comicios de noviembre de 2022, y que el Laborismo mantuvo por la mínima, con solo cuatro diputados, el peor resultado de su historia.
"La unión entre el Laborismo y Meretz es un paso necesario para establecer un grupo amplio que represente a la opinión pública democrática y liberar de Israel, y una condición necesaria para el cambio de gobierno", afirmó en X el líder del Partido Laborista, Yair Golan, que en la anterior legislatura fue diputado por Meretz.
"Nos enfrentamos a otra tarea en el camino hacia la transformación que es tan esencial para el retorno de la seguridad de Israel y el restablecimiento de la esperanza", agregó Golan, llamado a convertirse en el cabeza de la nueva formación.
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En un comunicado conjunto, ambos partidos aclaran que más que una "fusión técnica", se trata de un "proceso histórico para producir un nuevo partido político grande y unido, sionista liberal y democrático, que acoja a gran parte de la población israelí".
Según el acuerdo firmado por el líder del Laborismo, Yair Golan, y el secretario general de Meretz, Tomer Reznik, la nueva lista del partido para la Knéset será elegida en primarias democráticas por los miembros de los nuevos partidos.
El Partido Laborista -de donde salieron primeros ministros como Ben Gurion, Golda Meir, Isaac Rabin o Shimon Peres- fue la fuerza política que lideró Israel en las primeras décadas desde la creación del Estado, aunque ha ido perdiendo fuerza paulatinamente en las últimas décadas de dominio del Likud de Benjamín Netanyahu, hasta quedar reducido a un partido menor.
Meretz nació en los noventa, tras los acuerdos de Oslo, a la izquierda del Laborismo, de base sionista pero defensor del proceso de paz con los palestinos. En 2022 fue la primera vez desde entonces que se quedó fuera del Parlamento.
El líder de la oposición, el centrista Yair Lapid -del partido Hay Futuro- felicitó a ambas formaciones por dar este "paso correcto y adecuado" y les deseó éxito.
"Trabajaremos con ellos y con todos los partidos de la oposición para reemplazar al gobierno lo más rápido posible", señaló Lapid, que en 2021 logró forjar una coalición de gobierno alternativa a Netanyahu en el que también estaban los laboristas y Meretz.
Aunque Israel no debería celebrar elecciones hasta 2026, el fracaso del 7 de octubre y el estancamiento de la guerra en Gaza, han provocado que numerosas voces de la oposición, de todas las tendencias políticas, reclamen la convocatoria de elecciones anticipadas, algo que también demanda gran parte de la sociedad en masivas protestas semanales.