Una treintena de representantes de países, ONG e instituciones debatirán durante dos días la situación en Afganistán y cómo ayudar a la población afgana que vive bajo creciente crisis económica, social y política desde hace décadas, y que ha ido agudizando desde la llegada al poder de los talibanes hace tres años.
Según la ONU, la reunión será encabezada por la subsecretaria general para Asuntos Políticos de Naciones Unidas, Rosemary DiCarlo, quien invitó a los talibanes a asistir a la conferencia de Doha, aunque ha dejado claro que su presencia no significa el reconocimiento de su Gobierno.
La conferencia, cuyo objetivo es, según la ONU, "mejorar el compromiso internacional con Afganistán de una forma más coherente, estructurada y coordinada", es la tercera de este tipo sobre el país asiático tras las celebradas en mayo de 2023 y febrero pasado en Catar.
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Se espera que durante el encuentro haya reuniones entre los talibanes y los enviados especiales, así como entre el sector privado afgano y sus responsables financieros con instituciones y organismos financieros internacionales.
También habrá una reunión, tras la conferencia, entre representantes de la sociedad civil afgana con representantes de ONG sobre las libertades y los derechos humanos en Afganistán, en particular los de las mujeres, en la que no se espera que participen los talibanes.
Los talibanes, cuya delegación será presidida por su portavoz, Zabiullah Mujahid, han solicitado repetidamente el reconocimiento oficial de su Gobierno por la ONU, un objetivo por el que habían condicionado su participación en las dos conferencias anteriores.
No obstante, se han encontrado con la misma negativa que le ha planteado la comunidad internacional debido a su incumplimiento de sus obligaciones según los estándares de la ONU, en particular en lo que se refiere a los derechos y el libre movimiento de las mujeres y la educación de las niñas, entre otras.
La representante Especial de la ONU para Afganistán, Roza Otunbayeva, insistió la semana pasada que el nuevo encuentro de Doha "no significa legitimación ni normalización" del Gobierno de facto de los talibanes.