Con los dos colíderes, Alice Weidel y Toni Chrupalla reelegidos el sábado y con apenas 150 manifestantes en el exterior del recinto ferial donde se celebraba el congreso, frente a los hasta 70.000 que se congregaron la víspera, el debate sobre la conveniencia o no de contar solamente con un presidente en lugar de dos quedó aplazado.
Sobre la mesa había una solicitud para debatir sobre la creación del puesto de un secretario general como parte de la "profesionalización" del partido.
Ante la solución, Chrupalla, que hace dos años solamente fue elegido con un 53 % de los votos de los delegados, frente al 67 % de Weidel, temía quedarse sin silla, si bien su compañera empezó a insistir en que el político de Sajonia, en el este de Alemania, donde la AfD es la primera fuerza, aún era necesario.
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Sin luchas internas
Finalmente Chrupalla fue reelegido con más votos que ella, un 82,7 % frente a un 79,7 %, y además se modificó la resolución para dejar claro que un secretario general solo se introduciría a partir de 2025, año de las elecciones al Bundestag o Cámara Baja alemana, y sería además compatible con dos líderes en lugar de solo uno.
La versión suavizada se remitió a la Comisión de Estatutos tras solo diez minutos de debate. De este modo se eliminó una posible lucha de poder entre Weidel y Chrupalla.
La jornada estuvo además marcada por la aprobación de la salida de la AfD del grupo de ultraderecha en la Eurocámara Identidad Democrática (ID), pese a haber sido expulsado previamente por sus socios como Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen o La Liga italiana.
El anuncio en medio del congreso de los líderes de tres grandes partidos populistas y nacionalistas de Hungría, Austria y la República Checa de la creación de una nueva fracción de extrema derecha en el Parlamento Europeo (PE) llenó de esperanza a la AfD, muy cercana al partido liberal FPÖ austríaco, pero no tanto con Fidesz de Viktor Orbán.
"Si bien la AfD todavía no puede formar un grupo parlamentario conjunto con Fidesz en este momento, esto abre nuevas oportunidades para que la AfD coopere con otros partidos, ya que los partidos de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) e ID en su conjunto está en movimiento", dijo a la cadena ntv un portavoz de Weidel.
"Por tanto, hay delegaciones libres en el mercado", añadió.
Rusia y China no son enemigos
La AfD, al igual que los húngaros de Fidesz, es más cercana a Rusia que otros partidos de la ultraderecha europea como Le Pen o la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
El tratamiento que se debe dar a Rusia fue hoy precisamente uno de los temas en el congreso de la AfD, que no quiso imponer normas más estrictas a sus diputados cuando viajen al extranjero o concedan entrevistas a medios de comunicación extranjeros.
Una de estas entrevistas, la del principal candidato de la AfD en las elecciones europeas, Maximilian Krah, al diario italiano La Repubblica, donde minimizó las SS nacionalsocialistas, produjo a la expulsión del partido ultra alemán de ID.
Además, el diputado Petr Bystron es investigado por presunto soborno y blanqueo de dinero relacionados con el medio prorruso Voice of Europe.
Rusia también fue protagonista de una resolución, en la que la AfD condena el ataque ruso contra Ucrania y recuerda que ha instado a la retirada de las tropas del Kremlin, pero sostiene que la política exterior de diferentes países occidentales en los últimos años han "favorecido una escalada en Ucrania".
"Exigimos el fin del suministro de armas a Ucrania. Desde hace más de dos años se ve que éste no influye de manera decisiva en la marcha de la guerra, sino que solo aumenta el número de muertos y la destrucción", reza el texto, que también se pronuncia en contra de no comunicarse con Rusia y las sanciones.
Por otra parte, el documento sostiene que hay que reforzar los lazos con China como socio comercial "más importante" de Alemania y argumenta que no se puede calificar de forma genérica al gigante asiático de rival. Además aboga por que Alemania se "emancipe" de la política exterior de EEUU.