La formación armada aliada de Irán dijo en una serie de comunicados que los ataques fueron en respuesta a los continuos bombardeos israelíes contra varias localidades del sur del Líbano, algunas de las cuales han quedado en gran parte destruidas tras casi nueve meses de hostilidades.
Uno de los objetivos de Hizbulá fue el cuartel general de la 91ª división de Pranit, en el norte de Israel, posición contra la que se utilizó un misil tipo 'Burkan', de grueso calibre y con capacidad para portar ojivas de hasta media tonelada.
Asimismo, el grupo también reivindicó el lanzamiento de misiles de fabricación iraníes tipo 'Falaq' contra posiciones militares en Beit Hilal, entre otras.
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Entre otros ataques de envergadura, Hizbulá se atribuyó el lanzamiento de "un escuadrón de drones de asalto" contra un cuartel general en Rawiya y que, según el grupo, impactó contra el edificio de mando y grupos de soldados.
En una jornada en la que las fuerzas israelíes bombardearon varios puntos del sur del Líbano, el grupo liderado por Hasán Nasrala anunció la muerte de tres de sus combatientes, indentificados como Jalal Ali Daher, Nasrat Hussein Shuqair y Hussein Mohamed Suwaidan, sin aportar detalles sobre las circunstancias de sus fallecimientos.
En los últimos meses, ambos actores han recrudecido su fuego cruzado en cuanto a la envergadura de los ataques y ubicación geográfica, con el Estado judío ampliando su radio de actuación a zonas como el oriental Valle de la Bekaa, donde llegó a atacar una zona a más de 110 kilómetros de la divisoria.
Los enfrentamientos, los peores entre las partes desde la guerra que libraron en 2006, se han vuelto a intensificar en las últimas semanas coincidiendo con una subida del tono por parte de las autoridades israelíes, lo que ha desatado renovados temores al estallido de otro conflicto abierto.