Encastada corrida de Xajay en el Estado de México finaliza con orejas para todo el cartel

Borja IliánEcatepec (México), 30 jun (EFE).- La corrida de la Feria De San Pedro Xalostoc, en el central Estado de México, finalizó con dos orejas para el español Antonio Ferrera y el mexicano Héctor Gutiérrez, respectivamente y una más para Antonio Mendoza.

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A casi 19 kilómetros del centro de la capital Ciudad de México, se presentaron toros de Xajay, encastados y de correcta Presentación, con uno de más de media entrada.

Se va haciendo norma que el hierro de Xajay envié casta a plazas periféricas y mansedumbre a las ferias de primera categoría, en las que es divisa habitual.

En la portátil de San Pedro Xalostoc, la ganadería del central estado de Querétaro emplazó una corrida que embistió con bravura los burladeros del mecano redondel, cimbrando la estructura.

Se fue a los engaños y se dejó dar en el peto.

En general, puede haber objeción a la edad, pero no a las hechuras y la casta del encierro.

La tarde inició con un bravo de Xajay, al que el español Antonio Ferrera lidió con precaución.

A pesar de ello, tuvo el acierto de darle buena distancia y la suficiente quietud al repetir sus movimientos, para evidenciar las virtudes del ejemplar.

De su derecha llegaron los mejores momentos, con el animal exprimiendo la quijada al tomar la muleta.

Nada por la izquierda por parte del extremeño que, con el toro aún muy entero, tomó el acero.

Requirió el diestro de cuatro intentos. El abre plaza aún muerto mantuvo su maxilar reunido.

Con su siguiente turno Antonio Ferrera subió la apuesta populista, más no el nivel de riesgo actuando.

Puso banderillas sin pausa alguna y desde el primer tercio se adornó con imprecisos desdenes.

No faltaron éstos en una fase de muleta, en la que situó siempre escondido, sin dejar un solo instante de ligazón, quietud y menos temple.

En el cuarto del festejo, acudió con emoción a cada reclamo. Solo en la suerte suprema se atrevió Ferrera a utilizar la buena condición del astado.

Mató recibiendo. Quedó caída la casta del Xajay y casi desmonta el show del español.

Cayó la res tras larga espera. También lo hicieron dos orejas que alegraron a matador y presentes; aunque nada sucedió para semejante premio.

En su turno, un apéndice fue para Antonio Mendoza, quien anduvo decidido al citar.

Su primero fue recortando el viaje paulatinamente según la casta que presentaba tornaba en desconfianza.

A pesar de esto, Mendoza incidió en la pureza, cargó la suerte y adelantó el engaño por ambos pitones.

Acabó en tablas por la inercia del toro y una estocada caída de buena trayectoria, al primer intento, le valió una oreja.

Menos puso de su parte Antonio con el quinto que se fue sin ser toreado.

El joven Héctor Gutiérrez cerraba el cartel, en un momento en el que las opciones del mexicano son diluir sus virtudes y triunfar con las mañas adquiridas, con la esperanza de subirse al carro de los emplazados habitualmente, o trascender con las mencionadas aptitudes.

Tanto en Aguascalientes, en el centro de México, como en San Pedro, en el Estado de México, se vio más de lo primero.

Al tercero de la tarde lo hizo peor por su falta de sitio al poner la muleta.

Sin componer una tanda completa pudo obtener un apéndice por matar a la primera.

El cierra plaza quedó mermado por un violento encontronazo contra el burladero cuando perseguía con celo un banderillero.

El golpe disminuyó el viaje del toro. Gutiérrez supo aprovecharlo para al menos dejar dos buenos muletazos.

Ante la falta de recorrido del animal quiso el de luces lograr las orejas con tremendismo.

Le quedaba casta al de Xajay y prendió para prender al matador y le propinó una cornada de 2 centímetros en el prepucio.

Aguantó el de luces la faena entera. Tras estocada obtuvo su segunda de la tarde. Se fue con ellas en ambulancia tras salir a hombros junto a Ferrera finalizando una tarde de casta en la población de las laderas de cemento coloreado.

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