La investigación sobre el vertido de vino continúa abierta y no se descartan más detenciones, informaron este jueves las autoridades.
El sabotaje fue cometido en la madrugada del 18 de febrero pasado, cuando una persona encapuchada accedió a las instalaciones de la bodega Cepa 21 y abrió tres depósitos de vino que se derramó en el suelo. La imágenes grabadas por las cámaras de seguridad hacían pensar que se trataba de una mujer.
Supuestamente, la detenida entró en las instalaciones vinícolas, ubicadas en la localidad de Castrillo de Duero (provincia de Valladolid) y vació tres depósitos de las marcas Horcajo y Malabrigo, cuyas ventas habían crecido un 15 por ciento en el último año.
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La investigación trata de esclarecer cómo pudo esta entrar en la bodega y burlar las medidas de seguridad que estaban activadas.
Aparte del sabotaje, que tuvo gran repercusión mediática, no faltó absolutamente nada de la bodega, por lo que se descarta que fuera un robo.
Cepa 21 aúna la elaboración de vinos, el enoturismo y la gastronomía.