El caso se inició en 2020, cuando Enrique, que reside en Estados Unidos con su esposa, Meghan y sus dos hijos, demandó al Ministerio británico del Interior después de que en febrero de ese año el Comité Ejecutivo para la Protección de miembros de la realeza y figuras públicas (Ravec) determinara que ya no se le asignaría el mismo grado de protección financiada con fondos públicos cuando viajara a este país.
La decisión del Ravec se adoptó a raíz del cambio en el "estatus" del duque tras haberse retirado oficialmente como "miembro activo de la familia real británica a tiempo completo".
El Tribunal Superior rechazó el pasado febrero el caso del príncipe y concluyó que el planteamiento del Ravec no era irracional ni injusto.
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Tras ese dictamen, un portavoz de Enrique adelantó que éste recurriría el veredicto y que "confiaba en obtener justicia de la Corte de Apelaciones" aunque el pasado 15 de abril un portavoz judicial comunicó que el príncipe había perdido "su solicitud inicial para recurrir esa decisión".
No obstante, los abogados que representan al príncipe confirmaron hoy que el Tribunal de Apelaciones de este país escuchará su recurso después de que Enrique hubiera remitido a esa corte de manera directa una solicitud para recurrir el dictamen del Tribunal Superior.
Enrique mantiene que sus dos hijos, Archie y Lilibet, que comparte con su esposa, Meghan, "no pueden sentirse en casa" cuando estén en el Reino Unido si "no es posible mantenerlos seguros" en este país.