Identificar un ataque de pánico es un paso importante para abordarlo adecuadamente. Mantener la calma y tener en cuenta estas recomendaciones puede ser de gran ayuda para manejar la situación.
Cuáles son los síntomas de un ataque de pánico
Entre los síntomas físicos pueden aparecer palpitaciones o latidos acelerados del corazón: sentir el corazón latiendo rápido o fuerte es un síntoma común. Además se presenta un sudor excesivo, a menudo frío.
Otros síntomas incluyen temblores en las manos o el cuerpo, dificultad para respirar o sentir que te falta el aire.
Una llamada de alerta muy importante es la opresión o dolor en el pecho: esto a menudo se confunde con problemas cardíacos.
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Otro síntoma del ataque de pánico es la sensación de malestar en el estómago.
También aparece la sensación de mareo, inestabilidad o sentir que podrías desmayarte. Todo esto acompañado de calambres o entumecimiento, sensaciones de hormigueo en las manos o los pies.
Además hay síntomas cognitivos a los que es bueno prestar atención. Un ataque de pánico se presenta muchas veces con sensación de irrealidad: sentirse desconectado de la realidad, como si estuvieras en un sueño.
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Hay un miedo intenso a perder el control o a volverse loco. También es común que se presente el miedo a morir o la sensación de que algo terrible va a suceder.
Cuánto dura una ataque de pánico
Los ataques de pánico generalmente alcanzan su máxima intensidad dentro de los primeros 10 minutos y duran alrededor de 20 a 30 minutos, aunque los síntomas pueden continuar por más tiempo en algunos casos.
Por qué suceden los ataque de pánico
Pueden ocurrir sin un motivo aparente, aunque a veces se asocian a factores estresantes específicos, lugares concurridos o situaciones que recuerden experiencias traumáticas.
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Qué hacer ante un ataque de pánico
Respirá profundamente: intentá inhalar y exhalar lentamente para reducir los síntomas.
Buscá un espacio tranquilo: si es posible, alejate del ambiente estresante.
Hablá con alguien de confianza: compartir lo que sentís puede ayudar.
Consultá a un profesional: si los ataques de pánico son recurrentes, es recomendable buscar ayuda médica o psicológica.